Israel aprobó definitivamente el polémico plan para expandir la construcción de los asentamientos junto a Jerusalén Este, en la zona conocida como “E1”, que impediría el acceso a la ciudad desde la Cisjordania ocupada y dificultaría el establecimiento de un Estado palestino contiguo.
A través de un comunicado, el ministro de Finanzas y colono israelí, Bezalel Smotrich, confirmó la decisión de la Administración Civil israelí. Dijo que “borra en la práctica la ilusión de los ‘dos Estados’ y consolida el control del pueblo judío sobre el corazón de la Tierra de Israel”.
“El Estado palestino está siendo borrado de la mesa no con eslóganes, sino con acciones. Cada asentamiento, cada barrio, cada vivienda es un nuevo clavo en el ataúd de esta peligrosa idea”, aseguró.
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Smotrich es uno de los principales impulsores de la colonización de los territorios palestinos ocupados.
RÉGIMEN DE APARTHEID
De este modo, la Administración Civil aprobó la construcción de tres mil 410 viviendas en el E1. Es un terreno de mil 200 hectáreas al este de Jerusalén habitado por varias comunidades beduinas palestinas.
El terreno forma parte del asentamiento israelí de Maale Adumim, el tercero más poblado de Cisjordania ocupada. Cuenta con 40 mil habitantes, y considerado ilegal según el derecho internacional.
Además, el proyecto incluye la construcción de una nueva carretera que separaría el tráfico palestino del israelí. Además, desplazaría el control militar para entrar a Jerusalén Este hasta 14 kilómetros al este. Es es la parte palestina de la ciudad, anexionada unilateralmente por Israel en 1980 y reclamada por el pueblo palestino como capital de su futuro Estado.
“Se trata de una decisión consciente por parte de Israel para implementar un régimen de ‘apartheid’. Si la comunidad internacional se toma en serio la paz y un Estado palestino, es urgente tomar medidas efectivas para prevenir que Israel expulse a los palestinos en la zona E1”, dijo en un comunicado Aviv Tatarsky, investigador en la ONG israelí Ir Amim, publicó la agencia EFE.
Durante décadas, las autoridades israelíes rechazaron dar su visto bueno al plan por la presión de la comunidad internacional. Este teme que la expansión de los asentamientos impida el establecimiento de un Estado palestino contiguo, con Jerusalén Este como capital.
Sin embargo, tras la llegada al poder de Benjamín Netanyahu en 2022 el Gobierno israelí ha aprobado un número sin precedentes de nuevos asentamientos y confiscaciones de tierras.