La polémica por los incidentes en el estadio Libertadores de América sigue creciendo. Esta vez, el exjefe de la Agencia de Prevención de Violencia en el Deporte (Aprevide), Juan Manuel Lugones, cuestionó abiertamente el rol de las fuerzas de seguridad durante el duelo suspendido entre Independiente y Universidad de Chile por Copa Sudamericana.
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En entrevista con La Red Argentina, Lugones acusó que la policía habría actuado en complicidad con la barra brava del cuadro de Avellaneda. “Lo que nos mostraron ayer con crudeza es que la policía no tiene la capacidad profesional, o tomaron la decisión de no hacerlo, de meterse a la tribuna a terminar con los problemas. Al contrario, nos mostraron que tienen un acuerdo con la barra para liberar la zona y que la barra haga de barra de minas”, señaló.
El exfuncionario detalló que el operativo contó con 650 efectivos policiales y 150 guardias privados, aunque ninguno logró impedir los ataques. También criticó la planificación: “La tribuna donde se ubicaron los hinchas de Universidad no estaba preparada para recibir visitantes. Se vendió el aforo completo y eso no dio posibilidad de hacer un espacio para evitar los incidentes”.
Además, denunció la falta de controles en los accesos, lo que permitió el ingreso de objetos peligrosos como palos y bombas de estruendo. “Es una muestra más de la desidia con que se organizó este operativo”, agregó Lugones.
Por otro lado, el presidente de Azul Azul, Michael Clark, entregó un balance más alentador sobre los hinchas afectados. De las 12 personas internadas en el Hospital Fiorito, actualmente solo permanecen cuatro, y el hincha que estuvo en riesgo vital evoluciona positivamente y ya mantiene contacto con su familia.
Como ya habíamos mencionado en “Está Pasando”, la tensión en Avellaneda venía en aumento incluso antes de los incidentes. El propio DT de Independiente, Julio Vaccari, había encendido la polémica al declarar que en el duelo contra la U “había que ganar como sea, incluso haciendo trampa”. Sus palabras, que generaron críticas en Chile y Argentina, se suman ahora a las denuncias sobre el rol de la seguridad y refuerzan la sensación de un ambiente enrarecido alrededor de la llave.