El siempre díscolo Carlos Larraín no descarta una segunda vuelta de Jara-Parisi por «canibalismo en la derecha». Aunque no quiere ser el «sepulturero» de Matthei, aprovecha de repasarla.
Larraín, ex presidente de RN y hoy llevado al Tribunal Supremos de su partido, trata de no decir lo que dice, pero lo dice sin pelos en la lengua. Evelyn Matthei, Jeannette Jara, Kast y hasta Sebastián Piñera «salen al baile» .
Asegura apoyar a José Antonio Kast, pues estima que “Él es un hombre tranquilo, previsible”. A contrario sensu, usa el argumento para justificar por qué no apoya a Matthei, como lo hace el partido del que forma parte.
A ella, la ve continuadora del legado de los gobiernos de Sebastián Piñera, que le dejaron un mal sabor, afirma. Las críticas no se las calla, aunque ¿las intenta disimular?
En una interesante entrevista en El Dínamo, el abogado Carlos Larraín, no se guarda opiniones y «reparte» a diestra y siniestra. También reflexiona sobre el actual momento del país. Veamos.
Se acabaron los puntos de referencia
«Lo que está pasando en política es una reverberación de lo que está pasando en el cuerpo social. (…) Pero nosotros estamos constando un cierto fracaso del orden social. ¡Cómo hacernos los tontos!
Estamos en una sociedad en que se acabaron los puntos de referencia. Tienes un retroceso del cristianismo. Un retroceso de la idea de Patria, esa de don Antonio Varas, de don Manuel José Irarrázaval, en fin… No se trata de echarnos a morir tampoco, pero la idea de Patria está sumamente borroneada.
Después tienes la irrupción de la inmigración. Yo estoy muy a favor de la inmigración porque, entre otras cosas, todos somos hijos de inmigrantes. Además, la inmigración es una fuente de riqueza social, de variedad auténtica. ¿Pero qué pasa? Aquí se nos inyectó una inmigración deliberadamente irregular.
Los partidos de izquierda apostaron por la inmigración como una manera de desactivar a la sociedad chilena. Y lo han logrado. Piñera hizo un esfuerzo organizado por tratar de depurar un poco el cuadro. Pero el problema hoy es tan gordo que yo no sé cómo se va a arreglar.
Wokismo
Es muy difícil sustraerse a una tendencia universal. Me refiero al wokismo, a la falta de un sentido de pertenencia, a la resistencia a cualquier noción de orden. Todo eso está en el aire y flota. Y te diría más. Otro elemento de licuefacción de la sociedad es el retroceso de la institución familiar.
No es que uno esté pensando en la familia donde hay un señor con cuello de palomita y la señora con cremolina. No, pero la familia es una incubadora. Y aquí la incubadora está descompuesta.
Creo que el cuadro -que no es enteramente asumible a la izquierda- es complejo. Hay muchos factores en juego, pero hay uno puramente político: el sistema electoral que es completamente disolvente.
¿Cómo sustentas un gobierno medianamente eficaz? No puedes gobernar si tienes 24 partidos políticos en acción. No voy a cachiporrearme, pero yo hice un intento por mejorar el binominal con Ignacio Walker. Los dos de la mano y tuvimos el apoyo del medio mundo. Me refiero a los políticos de entonces. No los de ahora. Pero aún así, no resultó.
«No veo extremismo ni en Kast ni en Jara»
La palabra moderación da para todo, pero es un término relativo. La verdad es que yo no descubro extremismo ni siquiera en la campaña de la señora Jara, que ha hecho grandes esfuerzos por zafarse del PC. Incluso está de punta con el jefe de su partido.
Luego veo a un Johannes Kaiser que dice cosas muy típicas del europeo que observa que la cultura occidental se ha ido al suelo. Eso no es necesariamente extremoso. Y no es que yo vaya a votar por Kaiser, no.
Lo que quiero decir es que esto de usar descalificaciones tan radicales es otro de los malos síntomas que tenemos. Ahora, la señora Jara dice que es una socialdemócrata. Yo entiendo que hay algo de táctica, pero sinceramente no veo afirmaciones violentas ni las cosas típicas del extremismo político en ella. No he escuchado a nadie diciendo que hay que echar abajo el sistema democrático.
No veo en los extremos ni a doña Jeanette ni a José Antonio».
No soy sepulturero
Reconoce que apoya a Kast, que no es de su partido, pero refuta al instante: «Bueno, pero Renovación Nacional está apoyando a la señora Matthei que es de la UDI… Está inscrita en ese partido.
Yo no apoyo a la señora Matthei, pero tampoco estoy a cargo de su sepultación. Hasta ahí llego. En conciencia, a mí no me pueden obligar a votar de un determinado modo, aunque pertenezca a un partido».
Dice apoyar a Kast «porque lo he visto trabajando. Es un hombre muy equilibrado, ha tenido una vida esforzada, porque sus padres fueron inmigrantes que llegaron a Chile en condiciones durísimas y salieron a flote a punta de ñeque. Y José Antonio, de joven, acompañó a sus padres en el esfuerzo.
Además, es un hombre tranquilo, previsible. Permítame decirle que la previsibilidad en política es muy determinante (…) es redondeado en marcar posturas. No oscila. Y yo creo que más sorpresas políticas pueden terminar de sepultar a este país completo».
La derechita cobarde y Piñera
«Es una calificación que no debieron usar y que hoy día les está penando, porque dificulta otros acuerdos que serán necesarios. ¿Quién ha gobernado solo desde 1990 en adelante? Absolutamente nadie. Los acuerdos son necesarios.
Mire, lo que me hizo ponerme un poco de punta con el gobierno de Sebastián Piñera y su equipo cercano, fue que ellos no reconocieron nunca el factor político. Se atrincheraron en la idea de que la mejora económica era la pócima.
(…) Un año abogué por una mejora en el salario mínimo. Casi me mataron dentro del Segundo Piso, como si hubiera dicho una barbaridad. Yo creo que en ese grupo -que no es la derecha completa- ha habido una visión muy parcializada de la realidad, poca lectura».
Matthei «la continuadora de Piñera»
«Ella asumió el rol de continuadora del legado del gobierno de Sebastián Piñera, y se ha rodeado de personas que encarnan esa manera de hacer las cosas». ¿Esa manera economicista? le preguntan y responde: «Entre otras señas. Hay otros ingredientes también, pero llego hasta ahí no más.
La continuadora de una manera de gobernar que resultó mal. No lo personalicemos. Me refiero a una manera de hacer las cosas que no produjo buenos efectos (…) el primer gobierno de Sebastián Piñera terminó con el gobierno de la Nueva Mayoría. Es decir, con Michelle Bachelet más el Partido Comunista. Esa alianza terminó con la Concertación.
Dígame usted: ¿Por qué se terminó eligiendo a doña Michelle y a la Nueva Mayoría? Simplemente porque no se llevó a Andrés Allamand como candidato a la presidencia y perdimos por capotera en el año 2013, pues. No me hagas ahondar más en detalle…
Cambio de «personal»
Longueira renunció a la campaña en agosto del 2013 y ahí asumió -a incitación del equipo de Sebastián Piñera-, doña Evelyn Matthei que obtuvo un 37% de los votos.
Bueno, ella ya estuvo en esa situación y le fue mal.
¿Y qué pasó en el segundo gobierno de Sebastián Piñera? En los años 2019 y 2020 le tocó la desgracia de la pandemia. Manejaron bien el proceso de vacunación, pero acuérdese que nos quedamos hasta sin Constitución.
Entonces, francamente, a mí seguir con esa mano en el juego de naipes no me puede dejar contento. Creo que hay que hacer un cambio de enfoque y un cambio de personal. Las dos cosas. (Matthei es parte de eso) Efectivamente. Eso puedo decirlo lealmente».
¿Parisi a segunda vuelta?
«No sé bien qué es lo que está representando él. No creo que alguien sepa. Pero efectivamente el señor Parisi plantea una disyuntiva embromada. Eso es real. No lo miro para nada en menos.
Después de la primera vuelta podemos llegar a una situación en que haya que elegir entre el señor Parisi y la señora Jara. Hoy día las cifras no lo dicen. Pero como en la derecha está operando esta especie de canibalismo…
Bueno, en una de esas la gente dice: “¿Sabe qué más? Prefiero esta carta nueva aun que resida en Miami».
Jara es una «buena candidata»
O sea, es una candidata muy bien elegida. Es una mujer relativamente joven. Habla bien, razona bien. Es atractiva como candidata. Qué duda cabe. Tiene sus puntos al haber…
Bueno, es que si representa la postura clásica del Partido Comunista, evidentemente está en un problema. Pero si se deslastra, puede que eso le ayude mucho para la elección.
Mi problema es que yo no sé lo que pueda pasar después. Vuelvo a lo que le dije: cuando nació la Nueva Mayoría, el PC se comió la Concertación, pero no estaban en la Presidencia. Entonces, ahora con el PC encabezando un gobierno, perfectamente puede ocurrir que se fagociten a todos los espíritus tenues que votaron por ella sin ser comunistas. Quédate con esas palabras: ‘espíritus tenues’. Me gustó».
Jara – Boric
«Creo que Jara es más consistente que Boric. Sin duda. Lo de Boric ha sido una especie de aventura juvenil. Lo de la señora Jara es un programa sostenido a través del tiempo. Para el Partido Comunista es muy parecido a un ciclo histórico. Ellos tienen una visión de largo plazo. Mantienen esa línea.
Le digo más todavía: yo estoy feliz de que doña Jeanette sea candidata a la presidencia de la República. (Eso) Porque se acabó el baile de máscaras. Todas estas ridiculeces, esos nombres de fantasía, como Apruebo Dignidad o La lista de la unidad, en fin, todo lo que representaba Rojas Vade, todo eso era una engañifa.
Se escondieron detrás de unas máscaras ecológicas, de emancipación individual y colectiva, de abolición de la propiedad, de exterminio de los ricos. En cambio, con doña Jeanette Jara ya se sabe que el Partido Comunista es el que está detrás, un factor muy determinante. Es el PC. No hay nombres de fantasía aquí. Con esto se decantan las cosas. Se sabe quién está al frente.