Nacional y economía

Libre José Zara condenado por crimen de Carlos Prats y su esposa

Mario López M. Periodista

Punta Peuco José Zara recupera libertad
Penal Punta Peuco. Foto: Agencia Uno.
Quien cumple una condena, tiene derecho a reintegrarse a la sociedad. El punto es, ¿Será capaz de olvidar él mismo el crimen? ¿Olvidará la familia, lo harán las víctimas de la dictadura, los sobrevivientes? ¿Aplicará la consigna ¡Ni perdón ni olvido! del mundo de los DDHH?

Este 25 de agosto de 2025, sale libre José Zara por crimen de Carlos Prats y su esposa. Ello, tras cumplir 15 años de prisión por la condena recibida por el crimen del excomandante en Jefe del Ejército y Sofía Cuthbert, en Argentina.

Zara, a los 82 años. saldrá de Punta peuco esta noche de lunes, oportunidad en que se prepara por excamaradas de armas, una recepción. A 51 años del asesinato obtiene la libertad.

El general (r) Carlos Prats, excomandante en jefe del Ejército, fue asesinado en Argentina con una bomba que se colocó en su vehículo el 30 de septiembre de 1974. Esta, fue accionada por control remoto y provocó la muerte del militar y su mujer, Sofía Cuthbert.

El caso

Al migrar al país vecino tras el golpe de Estado en nuestro país, Prats escribió: «me vine a la Argentina en azarosas condiciones, en la madrugada del 15 de septiembre (1973), al ser prevenido de que grupos descontrolados trataban de liquidarme».

Mientras se encontraba en la república argentina, Carlos Prats recibió varias amenazas de muerte y fue objeto de seguimiento. La dictadura chilena de entonces estaba en conocimiento de estos actos. Debido a estas amenazas, el general y su esposa decidieron abandonar Argentina.

Solicitaron en el consulado pasaportes que les permitieran viajar a otro país, sin embargo, nunca les fueron otorgados.

Asesinado por agentes del Estado

Prats salió de Chile en 1973 con su documento diplomático, pero este estaba a punto de caducar, y su mujer sólo contaba con su cédula de identidad, no pasaporte.

El Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, organismo creado por Decreto Supremo de fecha 25 de abril de 1990, descartó las explicaciones de la dictadura.

«Las explicaciones oficiales que constan en documentos que esta Comisión ha conocido, no dan una razón plausible para tal negativa o demora”, estableció.

“Menos aún si, como consta, el embajador de Chile en Argentina, envió a la cancillería chilena, un télex indicando que el general Prats había recibido una amenaza de muerte».

La DINA lo ejecutó

La Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) fue quien planificó y ejecutó el atentado a través de sus agentes, en el marco de la «Operación Cóndor».

Una de las hijas del matrimonio Prats-Cuthbert, Sofía, ha afirmado que Pinochet fue quien dio la orden para que asesinaran a sus padres.

«Era un domingo. Mis padres se habían encontrado con amigos. Almorzaron en una finca fuera de Buenos Aires y, a la noche, fueron al cine con los padres de Isabel Allende. Al llegar se produce el atentado».

Cruel asesinato

Ese 30 de septiembre, cerca de las 02:00 a.m., el matrimonio Prats-Cuthbert regresaba de cenar con unos amigos, cuando murieron producto de la explosión.

Su vehículo fue destrozado por una bomba puesta en el piso del auto, entre los asientos delanteros y la caja de cambios, instalada por el miembro de la DINA, Michael Townley.

El agente ingresó al garaje del general y colocó el explosivo en el vehículo, que luego hizo estallar mediante un control remoto, provocando la muerte inmediata del matrimonio.

Los restos del vehículo fueron esparcidos en un diámetro de 50 metros, junto con los cuerpos destrozados de la pareja.

Townley confeso

La investigación llegó a la conclusión que el matrimonio fue asesinado, en violación de sus derechos humanos, por un acto terrorista de agentes del Estado de Chile.

Michael Townley, autor confeso del homicidio del matrimonio Prats, declaró que la orden de matar a Prats salió del brigadier Pedro Espinoza, del mayor Raúl Iturriaga.

Y luego agregó que también: «en cierto momento, del general (Manuel) Contreras», pero dijo creer que la orden llegó de una “autoridad superior”, en alusión a Pinochet.

El fallo

El 8 de julio de 2010, la Corte Suprema de Justicia chilena dictó fallo en contra del general(r) Manuel Contreras y el brigadier(r) Pedro Espinoza como autores del asesinato.

También encontró culpables al general(r) Raúl Iturriaga Neumann, brigadier(r) José Octavio Zara y al coronel(r) Juan Morales Salgado. Como cómplices.

Otros condenados por los asesinatos de Carlos Prats y Sofía Cuthbert, Mariana Callejas la mujer de Townley y Jorge Iturriaga Neumann.

Altivo

“Me voy tranquilo y transparente de cuerpo y alma. Quien no ha hecho nada, no tiene por qué tener rencor (…) Hay un juez superior, él va a decidir qué es lo que hace».

Ese día, llegó altivo a tribunales, recuerda el periodista Mario Antonio Guzmán. Asimismo, manifestó su molestia en contra del comandante en jefe del Ejército en ese momento, Juan Miguel Fuente-Alba, por la declaración que dio tras el fallo.

«El Ejército no es una persona, no es el que habló el otro día… esa es una persona no más. Todavía no ha tenido (Fuente-Alba) la hombría de contestar lo que yo le dije que cumpliera como hombre», dijo Zara cuando era llevado hacia la prisión militar de «Punta Peuco», donde purgó una pena de 15 años y un día de prisión por el asesinato de Prats.

Zara y los corvos afilados

Brigadier del Ejército, fue asignado a como jefe del Departamento Exterior de la DINA y la CNI, se estipula en el fallo.  Fue partícipe de la Escuela de las Américas (1965-1970).

Autor de frases provocadoras como la recordada «corvos afilados» de sus hombres que ofreció al dictador para asegurarlo en su puesto el día anterior al plebiscito de 1988.

Derecho al olvido

Quien cumple una condena, tiene derecho a reintegrarse a la sociedad. Ciertamente en nuestro país no existe una norma expresa que consigne este derecho a quien ha cumplido una pena penal. En los hechos, sí se puede proteger aquello.

Lo que sí es penado es el volver a imputar un delito a alguien que ya cumplió la pena por ello. La calumnia es el delito contemplado en materia penal.

El punto es, ¿Será capaz de olvidar él mismo el crimen? ¿Olvidará la familia, lo harán las víctimas de la dictadura, los sobrevivientes? ¿Aplicará la consigna ¡Ni perdón ni olvido! del mundo de los DDHH?

Sobre todo, cuando mayorías circunstanciales tratan de bajarle el perfil en el Congreso y buscan que, a pesar de tratarse de delitos de lesa humanidad los cometidos en dictadura, razones «humanitarias» aconsejarían liberar a aquellos que aún cumplen condena.

Incluso, algunos han justificado esos crímenes («eran inevitables»), aunque luego digan que no quisieron decir lo que  dijeron. Como lo dijera la candidata Evelyn Matthei en una desgraciada declaración hace solo semanas.

Es probable que el caso Zara abra un debate pendiente.  Lo claro, es que más de medio siglo después, la herida sigue abierta.

 

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