Si bien el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó el despido de Lisa Cook, una directiva de la Reserva Federal (Fed) al acusarla de fraude hipotecario, esta rechazó que el presidente tenga la autoridad para destituirla.
«No voy a renunciar», avisó en un comunicado divulgado por su abogado, Abbe Lowell. «Continuaré cumpliendo con mis obligaciones para ayudar a la economía estadounidense», recalcó.
El mandatario estadounidense la había despedido a través de una carta donde, con base a la Ley de la Reserva Federal, le escribió que «he determinado que hay suficientes causas para retirarla de su puesto».
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A principios de mes Cook había dicho a la agencia AFP que no tenía intención de dejarse «intimidar» para renunciar al cargo.
En Estados Unidos, el presidente está generalmente limitado en sus capacidades para deponer a funcionarios del banco central. Una orden de la Corte Suprema sugirió recientemente que los miembros de la Fed solo pueden ser destituidos por una «causa» justificada, lo que puede interpretarse como haber cometido una infracción.
LO QUE DICE TRUMP
El argumento de Trump para para anunciar que Cook sería despedidase basa en una denuncia penal fechada el 15 de agosto del director de la Agencia Federal de Financiamiento de la Vivienda (FHFA, por sus siglas en inglés), un aliado de Trump, ante el fiscal general de Estados Unidos.
Según el mandatario es «razón suficiente» para creer que la funcionaria pudo haber hecho «declaraciones falsas» en uno o más créditos hipotecarios.
Cook es la primera mujer afroestadounidense en formar parte de la junta directiva del Banco Central y se estima que la decisión de Trump desencadenará una batalla legal.
La senadora Elizabeth Warren, máxima representante demócrata en la Comisión Bancaria del Senado, calificó la medida de Trump como «una toma de poder autoritaria que viola flagrantemente la Ley de la Reserva Federal».
«Debe ser revocada en los tribunales», agregó en un comunicado.
Trump ha aumentado la presión sobre la Fed este año y ha criticado repetidamente a su presidente, Jerome Powell, por no bajar las tasas de interés antes, pese a los datos benignos sobre la inflación.