Los ciudadanos de Corea del Norte sufren un control estatal sin comparación y el régimen de Kim Jong-un, en el poder desde finales de 2011, perpetra violaciones que constituyen crímenes contra la humanidad, según concluye un informe de la ONU que estudia la evolución del aislado país en la última década.
«Ninguna otra población en el mundo actual está sometida a tales restricciones», concluye el estudio. El cual, subraya cómo los ciudadanos siguen expuestos a una «propaganda incesante» por parte del Estado, mientras la libertad religiosa está reprimida y el sistema de «songbun» (castas sociales) genera una grave discriminación.
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INFORME DE LA ONU SOBRE COREA DEL NORTE
«Al final de la pasada década, el control del Gobierno sobre todos los aspectos de la vida de los ciudadanos era el más absoluto en décadas. Y, esto se incrementó cuando la vigilancia se reforzó durante los confinamientos por la pandemia de covid-19», analiza el estudio.
Paralelamente, Corea del Norte profundizó su tradicional aislamiento debido a las sanciones internacionales. También por el fracaso de las negociaciones con el primer Gobierno de Donald Trump en 2019, la ruptura de lazos con Corea del Sur y el endurecimiento de los controles fronterizos con China, acentuados durante la pandemia.
«El número de personas que cruzaban la frontera sin autorización disminuyó de forma significativa durante la década, al mismo tiempo que el flujo de información al país se restringía dramáticamente, y el Estado no ha reanudado los niveles de interacción con el mundo exterior que tenía antes de la pandemia», señala el informe.
FUGITIVOS DEL RÉGIMEN DE KIM JONG-UN
El documento, elaborado con entrevistas a más de 300 víctimas y testigos que lograron huir del país, denuncia un aumento del uso de la pena de muerte a lo largo de la década estudiada, incluyendo en delitos como compartir noticias de medios extranjeros, narcotráfico, prostitución o pornografía, y organizando en ocasiones ejecuciones públicas.
Los trabajos forzados a los que se somete a buena parte de la población también han aumentado en los últimos 10 años. Esto, especialmente bajo la forma de las llamadas «brigadas de choque», reclutamientos de urgencia de población para labores peligrosas como minería o construcción.
También se denuncia que muchas de las condenas judiciales se basan en confesiones forzadas, y que la tortura en los centros de detención continúa. De hecho, algunos de los fugitivos norcoreanos entrevistados dijeron haber visto morir a compañeros de celda debido a maltrato, exceso de trabajo, malnutrición o suicidios.
RECOMENDACIONES DE LAS NACIONES UNIDAS
En el apartado de recomendaciones, Naciones Unidas reclama al régimen norcoreano que ponga fin a esos campos de prisioneros políticos y a la extendida práctica de detener en ellos también a familiares de los condenados.
Pide asimismo abolir la pena de muerte, abandonar prácticas como la tortura y el maltrato de detenidos. Esto, además de reanudar los encuentros entre familiares divididos por el conflicto entre las dos Coreas, tras siete años sin celebrarse.
Reclama a Corea del Norte que invite al alto comisionado de derechos humanos y otros representantes de instituciones de Naciones Unidas a visitar el país.