El debate sobre el sueldo mínimo se convirtió en una vitrina de las diferencias ideológicas de los ocho candidatos a La Moneda. Más allá del último Informe de Política Monetaria del Banco Central —que advirtió impactos negativos en el empleo por el alza de remuneraciones y la reducción de la jornada laboral— lo que quedó en evidencia es el contraste en torno al rol que debe jugar el Estado, la inversión privada y la productividad en la mejora de los ingresos.
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ESTADO ACTIVO VERSUS MERCADO DINÁMICO
En un extremo, Jeannette Jara (PC) y Eduardo Artés (ind.) plantean que el salario mínimo debe transformarse en un ingreso vital que asegure dignidad, proponiendo cifras que parten en los $750 mil. Ambos defienden que este avance debe acompañarse de apoyo a las pymes y de una política industrial que impulse la producción nacional. Para Jara, los sueldos no pueden ir siempre detrás de los precios; para Artés, la clave es la reindustrialización para sostener cualquier alza.
En la vereda opuesta, José Antonio Kast (Republicano) y Franco Parisi (PDG) apuntan a que el camino pasa por incentivar la inversión y reducir trabas fiscales. El primero propone créditos tributarios asociados al empleo formal, mientras que Parisi aboga por rebajas de IVA y menor gasto fiscal, inspirado en modelos europeos y asiáticos.
PROGRESIVIDAD Y DIÁLOGO SOCIAL
En una posición intermedia, Harold Mayne-Nicholls (ind.) propone incrementos graduales del salario mínimo en el marco de una mesa de diálogo social, con subsidios de transición para microempresas y complementos como el Ingreso Mínimo Garantizado. Evelyn Matthei (UDI) enfatiza en la creación de un millón de empleos formales como base, complementado con subsidios directos a las familias.
Por su parte, Johannes Kaiser (Partido Nacional Libertario) plantea derechamente diferenciar el sueldo mínimo según sectores productivos y proyecta que, con un mercado laboral más dinámico, este parámetro podría perder relevancia.
LO QUE ESTÁ EN JUEGO
La discusión sobre el sueldo mínimo ya no solo refleja un número, sino el modelo de desarrollo que cada candidatura quiere para Chile. Entre ingresos vitales fijados por ley y fórmulas de mercado que buscan dejar atrás la regulación, el debate anticipa que el futuro de los trabajadores se juega en un terreno donde economía y política se cruzan de lleno.
[No alcanza para lo mínimo] Compartimos carta al director enviada a El Mercurio. El mínimo no alcanza para lo mínimo; evaluar sus efectos exige mirar la calidad del tejido productivo y su capacidad de sostener salarios dignos.
Sr. Director:
Según una minuta del Banco Central,… pic.twitter.com/4nRW7Jutab— Fundación SOL (@lafundacionsol) September 14, 2025