La abanderada presidencial del pacto Unidad por Chile y la Democracia Cristiana, Jeannette Jara, fue consultada por su supuesta «descomunización» luego de su cambio de postura respecto de Cuba, donde antes dijo que «tiene un sistema democrático distinto al nuestro», y ahora, en la transmisión del segmento «Car-Curo a La Moneda» de 24 Horas Central, aseveró que «claramente no es una democracia».
«Lo más fundamental que yo creo es lo que pienso respecto de Chile, porque espero ser Presidente acá, no en Cuba, solo para partir de ahí», dijo en Buenos días a Todos de TVN.
«Yo soy militante del Partido Comunista, y lo soy porque me carga la injusticia social, porque creo que la gente no puede seguir viviendo en condiciones precarias, y porque todo aquello, lo cual a muchos le es indiferente en este país, a mí por el contrario, hace que la sangre me bombee el corazón y la sangre se me remueva», aseveró respecto de la distancia que ha adquirido con el Partido Comunista.
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Jara negó una descomunización y aseguró que «yo siempre he sido igual y yo toda la vida, como lo he señalado desde muy pequeña, he militado en el Partido Comunista, y hoy día me toca asumir una responsabilidad distinta que es representar un sector más amplio políticamente, que son nueve partidos, dentro de los cuales hay un grupo importante de partidos socialdemócratas».
«Pero si usted me pregunta si mi atención o mi energía está puesta en resolver o ver qué tan cerca estoy del Partido Comunista, o de los otros nueve partidos que me apoyan, yo la verdad estoy aquí porque quiero darle solución a los problemas de la gente. Eso es lo que a mí me motiva», agregó.
La exministra del Trabajo también tomó distancia del Gobierno del Presidente Gabriel Boric.
Sobre los aspectos que la diferenciarán de la actual administración, aseguró que «de partida voy a tomar el tema de la seguridad pública prioritario desde el día uno».
«En segundo lugar, creo que tanto en mi caso particular, como de los equipos que me acompañan, se trata de gente que tiene experiencia, y eso es vital para gestionar el Estado», añadió.
Recalcó, asimismo, que «en esa experiencia, creo que hemos dado muestras bien claves de que no basta con levantar las banderas propias, aquí se trata de conquistar corazón y conciencia de los que piensan distintos».