La policía británica reconoció este viernes que uno de los fallecidos en el ataque del jueves contra una sinagoga en Manchester murió por un disparo accidental efectuado por agentes que intentaban detener al agresor. El operativo se desarrolló frente a la Sinagoga de la Congregación Hebrea Heaton Park, en pleno Yom Kippur, la festividad más sagrada del calendario judío.
El incidente comenzó cuando un hombre británico de ascendencia siria embistió con su vehículo a varios peatones y luego atacó con un cuchillo a fieles que se encontraban en la entrada del templo. Dos personas —Adrian Daulby, de 53 años, y Melvin Cravitz, de 66— murieron como consecuencia del ataque. El atacante fue abatido en el lugar.
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“UNA CONSECUENCIA TRÁGICA E IMPREVISTA”
El jefe de la policía del Gran Manchester, Steve Watson, explicó que el agresor no portaba armas de fuego y que una de las víctimas fatales presentaba una herida de bala.
“Se deduce que esta lesión puede haber sido una consecuencia trágica e imprevista de la acción urgentemente requerida por mis oficiales para poner fin a este ataque brutal”, declaró Watson.
Otro fiel resultó herido de bala sin riesgo vital. Según la investigación preliminar, ambas víctimas se encontraban detrás de la puerta de la sinagoga junto a otros congregantes que intentaban impedir la entrada del atacante.
El organismo de control de quejas contra la policía abrió una investigación para esclarecer las circunstancias exactas de los disparos.
IDENTIDAD DEL ATACANTE Y REACCIÓN COMUNITARIA
La policía identificó al agresor como Jihad al-Shamie, de 35 años, y confirmó que no existían registros que demostraran su participación en programas gubernamentales de antirradicalización.
La familia de Shamie publicó un comunicado en Facebook en el que expresó estar “en profundo shock” y se desmarcó tajantemente del “acto atroz” cometido por él.
El primer ministro británico, Keir Starmer, visitó el lugar del ataque y elogió la rapidez y el profesionalismo de los servicios de emergencia. Más tarde, el viceprimer ministro David Lammy asistió a una vigilia, donde manifestantes lo abuchearon y le exigieron detener las marchas pro palestinas que se han repetido desde el inicio de la guerra en Gaza.
AUMENTO DE ANTISEMITISMO Y TENSIONES POR PROTESTAS
Gran Bretaña ha registrado un fuerte aumento de incidentes antisemitas desde el estallido del conflicto en Gaza hace casi dos años. Según el Community Security Trust, 2024 fue el segundo peor año en registros, con más de 3.500 incidentes documentados. Líderes comunitarios han reiterado que el judaísmo es la única religión en el país que requiere medidas de seguridad permanentes en sus instituciones.
Los ataques islamófobos también han aumentado, en un contexto marcado por la decisión reciente del Gobierno de reconocer un Estado palestino, medida criticada duramente por Israel.
Tras el atentado, la ministra del Interior, Shabana Mahmood, calificó de “antibritánicas y deshonrosas” las protestas pro palestinas que se realizaron horas después en varias ciudades. La policía pidió cancelar una gran marcha prevista para el fin de semana en Londres, argumentando que desviaría recursos necesarios para proteger comunidades temerosas. Los organizadores se negaron, asegurando que será la policía quien decida si realiza nuevos arrestos.
MANCHESTER BAJO FUERTE VIGILANCIA
Manchester, segunda ciudad con la comunidad judía más grande del país después de Londres, amaneció el viernes con una fuerte presencia policial. Flores y velas fueron depositadas frente a la sinagoga, mientras los investigadores recogían evidencias en una calle aún cubierta de escombros tras el ataque, que fue calificado oficialmente como incidente terrorista.
