Científicos chinos revelaron un importante hallazgo a partir de las muestras de suelo del lado oculto de la Luna, que trajo a la Tierra la misión espacial Chang’e-6, de China. Cabe recordar que, en 2024, esta misión hizo historia al traer 1935,3 gramos de muestras de la Cuenca del Polo Sur-Aitken (SPA), la más grande y profunda que hay en la Luna.
Un estudio publicado esta semana en la revista PNAS explica que se trata de los fragmentos de un raro tipo de meteorito, que podría entregar respuestas sobre cómo se formó el Sistema Solar, especialmente, la transferencia de masa. De acuerdo con la agencia estatal china Xinhua, la investigación fue dirigida por el Instituto de Geoquímica de Guangzhou (GIG), que pertenece a la Academia de Ciencias de China.
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EL LADO OCULTO DE LA LUNA
En concreto, los científicos identificaron estos restos como posibles condritas carbonáceas tipo Ivuna (CI), por sus características similares. El hallazgo es sorprendente porque, en la Tierra, estos tipos de meteoritos son tan pocos que representan menos del 1% de las rocas espaciales recolectadas.
«Dado que las condritas CI son ricas en agua y volátiles, este hallazgo respalda la hipótesis de que los asteroides contribuyeron a la llegada de agua y otros volátiles a la superficie lunar», señala el paper.
Según el estudio, estos fragmentos se formaron luego de un impacto en la Luna. Allí, el material de la roca se fundió y luego se cristalizó, quedando restos en el suelo. Este tipo de meteorito se origina normalmente en el sistema solar exterior, puntualizan los investigadores, lo que respalda la idea de que el material de esta región sí puede migrar al sistema solar interior.
Los hallazgos también sugieren que, posiblemente, la Tierra y la Luna recibieron más impactos de este tipo de roca de lo que se pensaba y también podrían explicar la presencia de agua, que se ha encontrado en forma de moléculas de H₂O incrustadas en los granos de polvo lunar.