Nacional y economía

Fiscalía apunta a ajuste de cuentas narco en el caso de Krishna Aguilera

Javiera Sanzana

Periodista

Krishna
Fuentes ligadas al caso señalaron que los implicados mantuvieron un pacto de silencio que se fue rompiendo con el paso de los días.

El fin de semana pasado marcó un punto decisivo en la investigación por la desaparición de Krishna Aguilera.

La Policía de Investigaciones (PDI) detuvo a cuatro personas que, según los investigadores, tuvieron distintos grados de participación en lo que la Fiscalía Metropolitana Occidente calificó como un secuestro con homicidio.

Los detenidos pertenecían al círculo cercano de Juan Beltrán, el primer arrestado por el caso y considerado por la policía como un conocido narcotraficante de San Bernardo, dedicado a reclutar mujeres jóvenes para distribuir drogas. Los aprehendidos del viernes fueron identificados como Rosa Oñate, su hija de 17 años (de iniciales K.G.), Ignacio Escobedo y Jordan Pinto.

Este último habría confesado primero que Aguilera estaba muerta y que su cuerpo fue abandonado en una ladera, sin entregar mayores detalles.

FUENTES

Fuentes ligadas al caso señalaron que los implicados mantuvieron un pacto de silencio que se fue rompiendo con el paso de los días. Hasta ahora, Beltrán —en prisión preventiva en el Recinto Penitenciario Especial de Alta Seguridad (Repas)— no ha reconocido su participación directa en el crimen.

El domingo se produjo una nueva detención: José Montecinos Contreras, panadero de oficio, quien fue cercado por la policía tras el arresto de los cuatro anteriores. Montecinos proporcionó las últimas coordenadas que permitieron hallar el cuerpo, aunque la PDI ya rastreaba esa zona.

“En la madrugada del hoy (domingo) se pudo concurrir por parte de la PDI hasta Caleta de Tango, sector Catemito, en la ladera de un cerro se encontró el cuerpo sin vida de Krishna, en un sitio que estaba preparado para esos fines”, señaló el fiscal regional Occidente, Marcos Pastén.

Pastén agregó que los cinco últimos detenidos cumplían distintos roles dentro de la red de tráfico de drogas dirigida por Beltrán. En ese grupo, al igual que ocurrió anteriormente con Krishna, la menor de edad mantenía una relación sentimental con el acusado.

CRIMEN PLANIFICADO

El sábado 4 de octubre, Juan Beltrán y Krishna Aguilera asistieron juntos a una discoteca en el barrio Bellavista. El hombre de 44 años y la joven de 19, quienes habían mantenido una relación en el pasado, permanecieron allí hasta cerca de las 4:00 de la madrugada. Según la Fiscalía, el imputado ya tenía decidido el destino de la joven.

Beltrán regresó a su comuna en su vehículo alrededor de esa hora y pasó frente a la casa de Aguilera, hecho que quedó registrado por cámaras de seguridad. Sin embargo, no volvió a su domicilio hasta el mediodía del domingo 5. En ese lapso, según los investigadores, habría ocurrido el crimen y los contactos con los demás implicados.

“Esto fue un secuestro con homicidio, fue planificado. Esto no fue una situación azarosa, esto no fue un crimen pasional, no fue circunstancial ni un accidente. Esto fue un crimen que venía siendo planificado desde hacía un tiempo por Juan Beltrán y por su círculo cercano”, detalló Pastén.

La joven fue hallada enterrada, atada de pies y manos, y con señales de lesiones en el cuello. Aunque la autopsia aún debía confirmar la causa de muerte, los primeros antecedentes apuntaban a una posible asfixia.

HIPÓTESIS MANEJADA POR LA FISCALÍA

Una de las hipótesis que maneja la Fiscalía sostiene que el crimen fue “una pasada de cuenta” por un “soplo” que Aguilera habría hecho a otra banda narco del sector, lo que derivó en una quitada de droga, o “mexicana”, que afectó a Beltrán.

Sin embargo, otras fuentes afirman que uno de los testigos declaró que el objetivo no era matar a la joven, sino “darle un escarmiento”, pero la situación se descontroló. Además, la menor detenida —actual pareja de Beltrán— habría sentido “celos” de Aguilera.

Este martes, los cinco nuevos imputados serán formalizados en el Juzgado de Garantía de San Bernardo. La Fiscalía también planea reformalizar a Beltrán, quien inicialmente fue acusado de secuestro, lesiones leves a funcionarios de la PDI y obstrucción a la justicia. Con el hallazgo del cuerpo y las declaraciones recientes, enfrentará cargos por secuestro con homicidio.

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