El problema ya no es solo que los chilenos hablen menos entre sí, sino cómo ven —o más bien, deforman— al que piensa distinto. Esa es una de las principales conclusiones del Estudio Nacional de Polarizaciones elaborado por la corporación 3xI junto a Criteria, que detecta que desde 2023 crece sostenidamente el grupo que rechaza el diálogo y se ensancha la distancia emocional entre sectores políticos.
Camilo Herrera, director ejecutivo de 3xI, explicó que la raíz del conflicto no está en las ideas, sino en los prejuicios: “No estamos tan divididos por las opiniones como por los prejuicios entre uno y otro”, dijo en una entrevista en Cooperativa.
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El estudio muestra que la izquierda tiende a exagerar las posiciones de la derecha, mientras que la derecha suele minimizar las posturas de la izquierda. Ejemplo claro: ante la pregunta sobre retroceder en las tres causales de aborto, solo el 40% de la derecha está de acuerdo, pero la izquierda cree que ese apoyo llega al 73%. Una derecha convertida en caricatura.
En sentido inverso, la derecha subestima cuán identitaria es la izquierda, percibiéndola como más moderada de lo que realmente es. Para Herrera, esto genera “espantapájaros” políticos que deshumanizan al otro y hacen del adversario un enemigo.
CONSECUENCIA INMEDIATA: EL DESENCANTO CON LA DEMOCRACIA
En este clima, los liderazgos políticos han optado por reforzar lógicas de trinchera —»nosotros contra ellos»— que buscan movilizar a los propios, pero a costa de vaciar de sentido el espacio democrático.
Herrera usa una metáfora deportiva: “Cuando sube la temperatura del lenguaje, hay personas que miran el juego y dicen: ‘Yo no quiero ir al estadio’”. Es decir: si la política se vuelve una pelea, la gente deja de participar.
El dato más alarmante del estudio lo confirma, solo el 55% de los encuestados cree que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno, una caída de más de 20 puntos en cinco años.
EL PUNTO DE QUIEBRE
Herrera advierte que si un grupo significativo deja de confiar en que la democracia puede resolver problemas, el partido se suspende; y en democracia —dice— “cuando se suspende el partido, las consecuencias son en derechos humanos, en crecimiento económico… ya conocemos cómo termina eso en Chile”.
Más que una disputa de ideas, lo que está en riesgo es el suelo común que permite convivir. No es la diferencia lo que divide a Chile, es el miedo a hablar con quien piensa distinto.
La democracia se encuentra en la situación más crítica en décadas, ya que se calcula que 72 % de la población vive en regímenes autocráticos. Así lo dijo @leyvapato al inaugurar el Coloquio “Resistencias democráticas al neofascismo y colonialismo”.
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— Humanidades UNAM (@HumanidadesUNAM) November 6, 2025




