Investigadores de Chile y Japón hallaron el fósil de una planta única en la Antártica. En concreto, se trata de un helecho que pertenece a la era de los dinosaurios, según informa un comunicado del Instituto Antártico Chileno (INACH).
La llamaron Escuderia livingstonensis y es el primer fósil permineralizado de Schizaeales descrito para el Continente Blanco, que servirá para reconstruir parte de la historia evolutiva de los helechos. Junto con ello, revela que alguna vez la Antártica estuvo cubierta de vegetación, posiblemente durante el Cretácico, la época del apogeo de los dinosaurios.
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FÓSIL DE PLANTA EN LA ANTÁRTICA
El fósil presenta una ramificación simpodial del eje fértil, espórangios con fijación basilateral sobre segmentos laminares enrollados y esporas tipo Ischyosporites. De acuerdo con INACH, este conjunto de características no coincide con ningún género vivo ni fósil conocido.
El análisis fue posible gracias a una metodología que combinó peels seriados, reconstrucción 3D y microscopía de alta resolución, logrando un nivel de detalle excepcional.
Marcelo Leppe Cartes, paleobiólogo y académico del Centro GEMA-Universidad Mayor explicó que este tipo de fósiles ofrecen información esencial para la biología evolutiva.
«Los fósiles permineralizados entregan información anatómica clave para probar hipótesis filogenéticas. Este material inicia la reconstrucción ‘holofilogenética’ de Schizaeales al integrar características anatómicas y esporas en su contexto original», señala.
HELECHOS Y PLANTAS EN LA ZONA
El hallazgo además, refuerza la hipótesis de que la Antártica fue un centro de diversificación de helechos y plantas vasculares durante el Cretácico, y no una zona marginal como se creía.
En el mismo paleosuelo donde se encontró Escuderia livingstonensis se preservan otros fósiles asociados, como órganos ovulados gimnospérmicos, brotes y hojas de coníferas (Araucariales) y raíces con nódulos micorrícicos, que permiten reconstruir un ecosistema terrestre de gran complejidad.
El equipo de investigación ya desarrolló una reconstrucción 3D del fósil y prepara nuevos análisis comparativos con ejemplares de Japón y el sur de Sudamérica.
«El reanálisis de rocas colectadas mediante tecnologías no destructivas, como tomografía de rayos X, permitirá descubrir más evidencias de un tiempo en que la Antártica era verde y poblada de vegetación, cuyos descendientes aún viven en la Patagonia austral», concluye Leppe.
La planta fue nombrada Escuderia en honor a Julio Escudero Guzmán, jurista chileno vinculado al Tratado Antártico y figura que da nombre a la principal base científica del INACH.
Por otro lado, el epíteto livingstonensis alude a su lugar de procedencia, la isla Livingston. «Los autores quisieron reconocer a la base Escudero y a su gente, científicos y logísticos, que hacen posible el despliegue de la investigación en áreas remotas de la Antártica», explica Leppe.





