Política

Diputado Republicano Cristian Araya bajo fuego por presunto pago de Yáber

Cristian Navarro H.

Periodista

Yáber
Foto: Diputado republicano Cristian Araya
De acuerdo a los pinchazos telefónicos, Yáber buscaba asegurar votos en la bancada republicana antes de que el Congreso revisara el libelo contra Ulloa.

Las escuchas del OS7 de Carabineros sobre el conservador de Puente Alto, Sergio Yáber, abrieron un flanco político que va mucho más allá del presunto pago de $1,7 millones al diputado republicano Cristián Araya. Los registros no solo describen dinero entregado a un parlamentario, sino la existencia de una red de presiones, favores y operaciones de imagen desplegada para frenar la acusación constitucional contra el destituido exjuez Antonio Ulloa.

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De acuerdo a los pinchazos telefónicos, Yáber buscaba asegurar votos en la bancada republicana antes de que el Congreso revisara el libelo contra Ulloa. En privado, admitió haber citado a Araya a su hogar no por motivos de campaña, sino para “amarrarlo con el tema de nuestro amigo”. Días después, afirmó haberle entregado el millón setecientos.

El entramado involucra además al exdiputado RN Francisco Eguiguren, a quien Yáber describió como su “jefe de campaña” en la estrategia para salvar a Ulloa, y al empresario gastronómico Víctor Valech Yarur, dueño del restaurante donde se habrían realizado reuniones clave.

Los audios también revelan intentos por fabricar golpes mediáticos contra los diputados socialistas Daniel Manouchehri y Daniella Cicardini, impulsores de la acusación constitucional. En uno de los diálogos, Yáber se queja de los “antecedentes cagones” que Araya le habría entregado para desacreditarlos y afirma que el diputado eliminó los mensajes para no dejar rastro.

LA FILTRACIÓN DETONÓ UNA FUERTE REACCIÓN POLÍTICA.

Manouchehri calificó los hechos como “extremadamente graves” y sostuvo que “no es normal que a un parlamentario le pasen así esa plata”. Sobre las supuestas operaciones de desprestigio, fue categórico: “Son actitudes de una verdadera rata de alcantarilla”.

Cicardini, en tanto, afirmó que el caso revela una operación coordinada con recursos económicos para dañar su imagen y la de su colega.

“Si esto es así, estamos frente a un político miserable que hace operaciones que dañan al país”, dijo sobre Araya.

Ambos diputados ya anunciaron que ingresarán una denuncia a Fiscalía, mientras el escándalo amenaza con tensionar internamente al Partido Republicano y reabrir cuestionamientos sobre eventuales financiamientos irregulares.

El caso continúa escalando y la arista política parece lejos de cerrarse.

 

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