Gustavo Álvarez enfrentó la conferencia posterior al triunfo 3-2 sobre Iquique con un tono sereno, pero firme, especialmente cuando un periodista sugirió que la temporada era un fracaso tanto nacional, como internacional, frase que marcó un momento incómodo en el cierre del torneo para la U.
La noche debía ser de alivio para Universidad de Chile, pero terminó convertida en una jornada amarga. El triunfo por 3-2 ante Deportes Iquique no alcanzó para asegurar el ansiado cupo a Copa Libertadores, y la frustración se mezcló con la incertidumbre sobre el futuro del técnico. En medio de ese escenario, surgió el concepto que cruzó la conferencia: fracaso internacional.
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Álvarez valoró el carácter del equipo, destacando que supo reaccionar en momentos adversos. “El grupo se repone anímica y futbolísticamente. Pudimos irnos con ventaja en el primer tiempo y también aumentar el marcador”, explicó. Sin embargo, su voz se quebró levemente al admitir que el cupo a Copa Sudamericana no lo deja satisfecho. “Queríamos otra cosa y no se pudo. Me da pena”, dijo con honestidad.
Pero el punto de inflexión llegó cuando un periodista planteó que el año internacional de la U podía calificarse como “fracaso”. La pregunta no solo fue directa; también buscó generar un titular fácil. Álvarez, sin elevar el tono ni perder la compostura, devolvió la interrogante con elegancia. “¿Fracaso internacional a qué le llama usted? Llegar a semifinales de Copa Sudamericana no es un fracaso. No cumplimos el último objetivo, pero el análisis lo haré en los próximos días”, respondió.
Lejos de verse irritado, el entrenador evidenció una convicción clara: el proyecto tiene matices que van más allá de un resultado puntual. Por eso evitó profundizar en su renuncia anunciada días antes. “Decidí hablarlo en el CDA. Hoy prefiero no tocar ese tema”, sostuvo.
Para Álvarez, el mayor valor del año está en la madurez del plantel. “Me vi representado por el coraje del equipo”, afirmó. Y si bien la clasificación no llegó, dejó abierta una reflexión que conecta con la pregunta inicial: ¿realmente fue un fracaso internacional o una campaña que quedó corta por detalles?
