En un inédito acuerdo, la Unión Europea acordó crear «centros de retorno» para migrantes fuera del bloque. Intenta responder así al desorden migratoria que produce serios problemas en gran parte de la comunidad.
La Unión Europea dio hoy un paso clave para endurecer su política migratoria. Los ministros del Interior de los 27 respaldaron un paquete de reformas que permite crear centros de retorno fuera de Europa para personas con solicitudes de asilo rechazadas. La propuesta ahora pasa al Parlamento Europeo, que decidirá si la transforma en ley durante los próximos meses.
Mano dura
El plan incluye sanciones más duras para quienes ignoren órdenes de salida y la opción de enviar a migrantes a países considerados seguros, aunque no sean sus naciones de origen. La votación ocurrió en un contexto político tenso, marcado por el avance de la derecha y la extrema derecha, que presionan por controles más estrictos. La Comisión Europea aseguró que la ciudadanía exige “más control” en materia migratoria.
El debate surge en un escenario contradictorio. Las entradas irregulares cayeron 20% en 2024, según Frontex, pero la percepción de crisis aumentó por la presión política y mediática. Italia, Grecia y España pidieron más apoyo porque mantienen las rutas más activas. La mayoría de los países respaldó el acuerdo, aunque España expresó dudas sobre la eficacia de los centros de retorno. Francia también cuestionó su legalidad y su costo real.
«Reparto de asilados»
La reforma incluye un mecanismo de reparto de solicitantes de asilo. Cada país deberá recibir una cuota anual o pagar 20.000 euros por persona si decide no acogerla. El sistema busca aliviar a los Estados más presionados. Sus detalles serán confidenciales por el bajo número de gobiernos dispuestos a recibir migrantes reubicados.
El endurecimiento ocurre mientras Europa enfrenta cifras históricas de movilidad. En 2023, la UE registró 2,2 millones de cruces irregulares, menos que los picos de 2015, pero muy por encima de los niveles previos a la pandemia. Alemania, Francia y España concentran el mayor número de solicitudes de asilo. Siria, Afganistán y Turquía encabezan los países de origen. Además, cerca del 70% de quienes llegan irregularmente recibe rechazo en su solicitud, lo que mantiene una alta presión sobre los sistemas de retorno.
Centros externos
Las autoridades afirman que los centros externos agilizarían expulsiones y reducirían incentivos para ingresar por vías informales. Sin embargo, las organizaciones humanitarias alertan riesgos. Advierten que estos centros podrían generar “zonas grises” sin garantías legales claras. También recuerdan que África y Oriente Medio ya cuestionaron planes similares por el impacto en sus propias comunidades migrantes.
La UE espera aprobar la reforma a comienzos de 2026. El debate seguirá encendido mientras Europa intenta equilibrar seguridad, control y derechos humanos en un continente donde la migración sigue marcando la agenda política.
