Dictan acusación contra Barrientos por el asesinato de Víctor Jara y Littré Quiroga, tras un crimen alevoso ocurrido en 1973.
La justicia chilena avanzó con fuerza en el caso de Víctor Jara y Littré Quiroga. La ministra Paola Plaza acusó al exmilitar Pedro Barrientos Núñez por secuestro calificado y homicidio calificado. Ambos crímenes ocurrieron entre el doce y el quince de septiembre de mil novecientos setenta y tres, días después del golpe militar. Barrientos escapó por décadas y solo enfrentó este proceso tras su deportación en dos mil veintitrés.
Barrientos huyó durante décadas
Barrientos dejó Chile en mil novecientos ochenta y nueve y se instaló en Estados Unidos. Obtuvo la ciudadanía con información falsa. En julio de dos mil veintitrés, un tribunal norteamericano anuló su nacionalidad y ordenó su deportación por fraude migratorio. Llegó escoltado a Chile el treinta de noviembre. Ese mismo día recibió las notificaciones de los procesamientos dictados en dos mil doce y dos mil catorce por el ministro Miguel Vázquez, quien había detenido la causa porque Barrientos permaneció prófugo.
La causa detalla torturas brutales
La investigación determinó que agentes militares detuvieron a Víctor Jara el doce de septiembre en la Universidad Técnica del Estado. Lo llevaron al Estadio Chile. Allí sufrió torturas extremas y recibió cuarenta y cuatro impactos de bala. Vecinos encontraron su cuerpo el dieciséis de septiembre cerca del Cementerio Metropolitano, junto a otras víctimas ejecutadas.
En esos mismos días, funcionarios policiales detuvieron a Littré Quiroga, exdirector de Prisiones. Militares lo trasladaron al Estadio Chile, lo torturaron y lo asesinaron. Su cuerpo también apareció abandonado en el sector del Cementerio Metropolitano.
La justicia comienza a cerrar el círculo
En dos mil veintitrés, la Corte Suprema condenó a siete exmilitares por estos crímenes. Confirmó penas altas y reafirmó la gravedad de los hechos. La acusación contra Barrientos acerca el final de un proceso que duró más de medio siglo. El avance muestra que la persistencia de las familias y la presión institucional pueden vencer incluso al paso del tiempo.







