El Papa León XIV advirtió este lunes sobre el fuerte aumento de los juegos de apuestas y los definió como una verdadera “plaga” que destruye a numerosas familias, durante una audiencia en el Vaticano con representantes de la Asociación Nacional de Municipios Italianos (ANCI).
Ante alcaldes y alcaldesas de todo el país, el Pontífice subrayó que las ciudades enfrentan nuevas formas de marginalidad, violencia y soledad, y puso el foco en el crecimiento sostenido del juego de azar. Apoyándose en estadísticas recientes y en el informe anual de Cáritas, afirmó que este fenómeno constituye un grave problema educativo, de salud mental y de confianza social, y lo vinculó directamente con la soledad que atraviesa a amplios sectores de la población.
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León XIV sostuvo que las administraciones públicas deben asumir un rol activo en la lucha contra este flagelo, entendiendo que no se trata solo de una cuestión económica, sino de un desafío humano y social de fondo.
En su intervención, el Papa citó al sacerdote y activista social italiano Don Primo Mazzolari, para enfatizar que Italia no necesita únicamente infraestructura, como alcantarillas, viviendas o carreteras, sino también una forma distinta de sentir, de vivir y de relacionarse, basada en la fraternidad y el cuidado mutuo.
SOLEDAD, ABANDONO Y “EL GRITO SILENCIOSO” DE LOS POBRES
El Pontífice también alertó sobre otros males que afectan a las ciudades italianas, como los problemas psicológicos, la depresión, la pobreza cultural y espiritual, el abandono social y el “grito silencioso” de los más pobres. Todas estas realidades, afirmó, evidencian la urgencia de recuperar la esperanza en el mundo contemporáneo.
En ese contexto, llamó a la política a tejer relaciones auténticamente humanas, promoviendo la paz social y la cohesión cívica. Recordó que escuchar a los más débiles y vulnerables es una condición esencial de la democracia, advirtiendo que, sin ese compromiso, esta se vacía de contenido y se reduce a una mera formalidad, en línea con un mensaje expresado por el papa Francisco en 2016.
Finalmente, León XIV instó a los líderes locales a ofrecer esperanza concreta a sus comunidades, proyectando de manera conjunta un mejor futuro para sus territorios, y los exhortó a enfrentar desafíos como la crisis demográfica, la contaminación, la soledad de los adultos mayores, los conflictos sociales y las crecientes dificultades que afectan a familias y jóvenes.







