Política

El momento decisivo: Matthei reconoce el triunfo del NO (Video)

Santiago, Chile.

Mario López M. Periodista

El triunfo del NO una lección democrática
Cardemil tras admitir la derrota, al terminar de leer los resultados, los periodistas aplaudieron.

El momento decisivo: Matthei reconoce el triunfo del NO. Volver atrás, era imposible.

En la madrugada del jueves existía entre los partidarios del NO un legítimo temor, que la dictadura no reconociera el triunfo de la oposición.

Las calles de acceso al centro de Santiago mostraban barreras, coches policiales y carabineros que impidieron el paso hasta la 1.03.

Matthei: «Me parece que realmente ganó el ‘No'»

Las fuerzas opositoras habían instruido a sus bases y a la gente, que no salieran a festejar, ello podría ser la excusa de Pinochet para reprimir y desconocer la derrota.

Fue justo el momento cuando el miembro de la Junta y jefe de la fuerza aérea, Fernando Matthei, reconoció el triunfo del NO.

«Me parece que realmente ganó el ‘No’. Al menos para mí lo tengo bastante claro ya», señaló. Se desató la algarabía, también los llantos.

Fueron pocas palabras, de una tremenda trascendencia, ya la dictadura no podría desconocer el resultado.

Cardemil: “Si no se reconocía, hubiera sido un Golpe de Estado”.

El exsubsecretario del Interior de la dictadura militar, Alberto Cardemil, diría años más tarde: “Si no se reconocía, hubiera sido un Golpe de Estado”.

«La historia es conocida, el Presidente de la República, el general Pinochet, no era cualquier candidato a la Presidencia, era el candidato de la Junta de Gobierno sujeto a la aprobación plebiscitaria y el pueblo le dijo que no», recordó.

«Así que el Presidente me pidió informar primero a los miembros de la Junta, en una reunión en que no estuve, que se demoró un par de horas».

La trampa que no le resultó a Pinochet

Paulatinamente, esa misma noche carabineros y soldados se retiraron. La gente no cayó en la trampa y no salió a las calles.

En muchas casas, los vecinos oían a todo volumen Radio Cooperativa, principal emisora de la oposición, que difundía los resultados del Comando por el No.

Fue también la noche de los abrazos largos de amigos y desconocidos, nudos en la garganta y lágrimas de alegría.

Aylwin esa noche: Chile entendió que «Pinochet es y ha sido el obstáculo»

El líder democristiano, Patricio Aylwin, portavoz del Comando por el No, dijo: «La abrumadora mayoría nacional ha entendido que Pinochet ha sido y es el obstáculo» para el reencuentro de los chilenos.»

Aylwin y Lagos tras conocerse los resultados

Aylwin, hizo un llamamiento a un «acuerdo nacional para la democracia en el que participen todas las fuerzas políticas, sociales e institucionales del país».

Instantes después, a las dos de la madrugada, cientos de corresponsales corrieron al edificio de enfrente, donde el subsecretario del Interior, Alberto Cardemil, entregó, con rostro adusto y sin permitir preguntas, el tercer escrutinio del Gobierno.

Todo había terminado

Fue el primero en que admitió su derrota. Cuando terminó de leer, los periodistas aplaudieron.

Los carabineros de guardia se miraban entre sí, desconcertados, y los pocos pinochetistas y secretarias que aún quedaban se retiraron rápidamente.

Media hora más tarde, el edificio Diego Portales aparecía silencioso y sombrío. La fiesta del NO ocupó la alameda sin que la policía interviniera.

«Vuelvan a sus casas, no se dejen provocar»

A los pocos minutos, una caravana de automóviles que tocaban sus bocinas interrumpió el tránsito. En vano un dirigente pidió por altavoz: «No ocupen la calle».

A las 3.30, Genaro Arriagada, secretario ejecutivo del Comando por el No, dijo: «Esta noche será largamente recordada. Nuestro triunfo es tan indesmentible como los Andes».

Decenas de miles de manifestantes ocuparon desde la mañana del día 6 la avenida principal de Santiago, La Alameda, con banderas del no, a pie y en automóvil, tocando bocinas y cornetas en la continuación de la fiesta iniciada en la madrugada.

Chile había cambiado. La prensa independiente, perseguida por 17 años, se sumaba a la alegría.

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