Entrevistas y Reportajes

Cómo no caer en las “Fake News” sin compartirlas en el intento

Antonia Mundaca

Cómo no caer en "Fake News" sin compartirlas en el intento.
Cómo no caer en "Fake News" sin compartirlas en el intento.
El contexto de guerra actual vuelve más propensa la propagación de desinformación ¿Cómo no ser parte de ello? La respuesta podría estar en «una dieta informativa balanceada», así como en la puesta de atención a señales claves. Cuidado con la mala redacción, las faltas de ortografías y el sensacionalismo en aquellos posteos que se llaman así mismos noticias.

“AHORA – Militantes de Hamás empezaron un nuevo ataque aéreo en Israel”, compartió un usuario en X seguido de un video de un terrible bombardeo  ¿El problema? El NYTimes constató que la imagen que mostraron era del videojuego Arma 3. Sí, fue una “Fake News” y probablemente caíste en ella. 

Y así como el anterior caso, son varias las descaradas mentiras que estos -y todos los días- han circulado en internet. Porque, pese a que la desinformación ha existido siempre, la llegada de las redes sociales facilitó “la difusión de  contenido engañoso, falso o fabricado. Así se genera un circuito vicioso, y una noticia falsa se replica miles de veces en cuestión de segundos” explican desde la Federación Internacional de Periodistas -IFJ por sus siglas en inglés-. 

Al “circuito vicioso” de las mentiras en Redes Sociales, se suma el hecho de que Medio Oriente está en un conflicto de gran envergadura. Hoy existe un contexto que vuelve más propenso a los usuarios el compartir todo lo que ven sin darse el tiempo de pensar que replicar mentiras, puede “aumentar la hostilidad y odio en contra de ciertos grupos vulnerables de la sociedad”, señalan en IFJ.

Ahora bien, aunque muchas veces, el daño ya esté hecho; hay recomendaciones para no cometerlo de nuevo. 

¿QUÉ ES UNA “NOTICIA FALSA” Y POR QUÉ LE CREO?

Lo primero es lo primero: las noticias falsas no existen. La académica de la Pontificia Universidad Católica y Doctora en Periodismo y Comunicación de Masas, Magdalena Saldaña, explica que el término es un oxímoron “porque si algo es falso no puede ser noticia y si es noticia no puede ser falso”.“En realidad, uno habla más de desinformación”, agregó.

Ya con ese antecedente en cuenta  se puede ahondar algo más en el qué es y cómo opera la desinformación. 

Según First Draft, una coalición sin fines de lucros que desde 2015 a 2022 operó como una guía práctica para la publicación de contenido en internet, la desinformación es la creación y difusión deliberada de información que se sabe es falsa. 

Esas mentiras muchas veces se viralizan con una rapidez impresionante que, producto de su coordinación y constancia, “engañan a nuestro cerebro ya agitado” por la información del día. Ya que, “cuando vemos múltiples mensajes sobre el mismo tema, nuestro cerebro lo usa como un atajo a la credibilidad. Debe ser cierto, decimos ‘he visto esa misma afirmación varias veces hoy’”.

Además, “es mucho menos probable que seamos críticos de información que confirma las creencias que ya tenemos. Y, como la sobrecarga de información agota nuestro cerebro, somos mucho más fáciles de influenciar”, explica First Draft.

Más que "Fake News" es desinformación.
Más que «Fake News» es desinformación.

APRENDIENDO A IDENTIFICAR “FAKE NEWS”

Ahora ¿Cómo reconocer si lo que quiero compartir es real o no? Para Magdalena Saldaña “una de las formas más fáciles de darse cuenta cuando una información es falsa es la redacción. Porque si está, por ejemplo, empaquetado como noticia, presentado como noticia, pero está creado probablemente por una persona que no es profesional, se va a notar”. 

Además, “normalmente este tipo de desinformaciones que circulan en formato noticia, pero que son falsas, son muy sensacionalistas y muy de inducir pánico. Siempre esas supuestas noticias vienen aparejadas con un tono que no es normalmente un tono periodístico: muy sensacionalista o muy clickbait”.

Junto a lo anterior, es probable “que venga con faltas de ortografías” y “es muy, muy probable que sea una noticia altamente emocional así como que busque que sientas cosas, normalmente ansiedad o miedo. Porque además son negativas, ya que la idea es que se viralicen: está estudiado que las noticias negativas se viralizan más que las positivas”. 

“O también cuando, por ejemplo, vienen con amenazas o instrucciones que indican que debes hacer tal cosa para evitar que te pase tal cosa. La gente tiende a compartirlas porque cree que le hace un favor a sus contactos”. 

Finalmente, señala que es clave verificar si la noticia viene con fuentes, “si no se identifica fuentes con nombre o por lo menos con cargo, uno tampoco debería confiar en esa información”.

LAS DESINFORMACIONES A LAS QUE ME ENFRENTO

Ya sabiendo identificar las pistas generales que dan cuenta de que una información es efectivamente falsa, se puede pasar al detalle: hay distintos tipos de desinformación. 

First Draft, los cataloga en siete: sátira o parodia, conexión falsa, contenido engañoso, contexto falso, contenido impostor, contenido manipulado y contenido fabricado. 

En la siguiente gráfica, aparece la descripción detallada de cada una de ellas, ordenadas “con bastante flexibilidad” respecto a su intención de engañar a los usuarios:

First Draft y los siete tipos de "Fake News".
First Draft y los siete tipos de «Fake News».

Tomando lo aprendido y aplicándolo al contexto actual, Magdalena Saldaña comenta que “en tiempos de guerra, normalmente las desinformaciones que más circulan son las que tienen contenido gráfico y muy terrible; cuerpos expuestos, niños muertos. Cosas impresionantes que la gente tiende a compartir por el ‘mira esto qué terrible’”.

Teniendo en consideración aquello, podría ser que sea desinformación por contexto falso, ya que “se suelen viralizar imágenes de guerras anteriores o de otros lugares”, por lo que el contenido que se muestra es real, pero no se condice con el marco en que se presenta. 

De igual manera, esas imágenes podrían ser incluso contenido fabricado a través de plataformas como Photoshop o Inteligencia Artificial.

“Yo diría que esa información prácticamente es mejor no compartirla porque uno nunca va a tener la certeza. Además, ese contenido que es muy violento y gráfico, en realidad lo único que hace es aumentar la ansiedad de las audiencias y eso tampoco es bueno”.

SOY RESPONSABLE DE LO QUE PUBLICO

“Cuando tú decides compartir una información, la verdad es que un uso responsable de las redes sociales y de la información que circula en ecosistemas digitales, debería ser chequeada por quien la comparte”, opina la doctora en Periodismo y comunicación de masas, Magdalena Saldaña.

Es por ello que una de las recomendaciones es darse un tiempo para pensar antes de compartir, “tal vez no tengas que esperar 20 minutos antes de hacer clic, probablemente dos minutos sea lo sensato”, sugieren de First Draft.

Saldaña, complementa que la información también se puede  verificar si salió en otros medios tradicionales y legítimos. “Sabemos que en Chile los niveles de confianza en la prensa son súper bajos, pero en estricto rigor, uno tiene que creer las noticias que lee en medios establecidos porque son escritas por profesionales”.

“Más allá de que los periodistas también cometamos errores” y “de que tú sientas que a lo mejor su línea editorial tiene un sesgo que a ti no te agrada, o que no te representa”, si una información no está en ningún medio “entonces es muy raro que sea real”.

UNA “DIETA INFORMATIVA BALANCEADA”

Junto a lo anterior, se suma el “tener una dieta informativa balanceada. O sea, ¿a usted le gusta informarse por redes sociales? Dele, infórmese por redes sociales. Pero también infórmese por la televisión y también infórmese por la prensa escrita”. Porque confiarse sólo de las redes sociales “es muy limitado”, comenta Saldaña.

Y si, efectivamente, las redes sociales son la principal fuente informativa, entonces el llamado es a seguir a “fuentes profesionales del periodismo” y que sean variadas :Si sigo medios chilenos, idealmente también seguir medios internacionales”. Sobre todo con lo que está ocurriendo ahora en Medio Oriente, ya que, el conflicto es de afuera y trae consigo “información de muchos lados”.

“En resumen, una dieta informativa balanceada siempre me va a ayudar a identificar aquel contenido que es malicioso o abiertamente falso. Porque si yo no estoy informada, siempre voy a ser terreno fértil para que la desinformación cunda”, y nadie quiere eso.

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