Los chilenos estamos acostumbrados a los sismos, temblores o terremotos. Elija Usted la palabra que más le acomode, ya que todas son sinónimos de lo mismo.
¿Por qué estamos acostumbrados? Porque vivimos en el país más sísmico del planeta, así de simple es la respuesta.
A Chile le gusta moverse y lo hace a diario. Durante el año 2022 se registraron 7.273 sismos a lo largo del país, según la información recopilada por la Oficina de Procesos y Análisis (OPA), del Centro Sismológico Nacional (CSN),
Ocurren pequeños movimientos que solo son percibidos por los instrumentos. Son los que son denominados de Micro Magnitud, que oscilan entre los 2 y 3 grados. De 3.0 a 3.9 son de Magnitud Menor y de 4.0 a 4.9 son de Ligera Magnitud. En lenguaje popular, “esos no los siente nadie”.
Los de Moderada Magnitud, que van de 5,0 a 5,9 grados, que pueden causar daños menores, para la mayoría de nosotros son un “temblorcito” por el cual no vale la pena dejar lo que estamos haciendo.
Desde el 6.0 al 6,9, que ya es un sismo fuerte y puede ser destructivo, nos hace poner atención y nos preparamos “porque viene algo más fuerte”.
Y en los de Mayor Magnitud, que son los que van de 7.0 a 7.9, y que pueden ser destructivos en zonas extensas, afirmamos el televisor y decimos “hay un terremoto en algún lado”.
Y hay más clasificaciones, las que se retomarán un poco más abajo. Por lo que le invitamos a seguir leyendo.
LAS CAUSAS DE LOS TERREMOTOS
Todos los chilenos sabemos que los terremotos se producen por el choque entre la placa de Nazca con la Sudamericana, que efectivamente es la causante de la mayoría de los movimientos sísmicos. Pero no son la única causa. En realidad son cuatro.
Según lo indica Raúl Madariaga en su trabajo Sismicidad en Chile, publicado en la revista Física de la tierra, se identifican cuatro diferentes tipos de sismicidad: en la zona exterior de la fosa, en la zona de contacto entre las placas, al interior de la placa de Nazca y al interior de la placa sudamericana.
Desde 1962 hasta la fecha han ocurrido unos siete mil sismos de magnitud superiores a 5 grados, que en su mayoría se producen por la flexión de la placa Nazca antes de descender bajo el continente.
TERREMOTOS DE GRAN MAGNITUD
Como comentamos anteriormente, los movimientos sísmicos entre 6 y 7 son de mayor recurrencia en Chile. También ocurren terremotos entre los 8.0 y los de 9.0 grado, que son de Gran Magnitud, catastróficos y provocan gran destrucción en las zonas cercanas a los epicentros.
Desde 1570 hasta el día de hoy han ocurrido 121 terremotos, de los cuales 30 han superado los 8.0, según el registro que lleva el Centro Sismológico Nacional.
Estas cifran indican que, en los últimos 500 años, en promedio, cada 10 años se produce un terremoto sobre los 8.0 grados.
“Prácticamente todo segmento de la costa chilena desde Anca (180 S), hasta la península de Taitao en Aysen (450 S) ha sufrido al menos un evento de magnitud superior a 8.0 en ese periodo de tiempo”, según Madariaga.
MEGATERREMOTOS EN CHILE, UN PELIGRO LATENTE
Según indicamos anteriormente, aún queda una clasificación: los denominados Megaterremotos.
¿En qué se diferencian de los terremotos?.
Según lo explica el académico Sergio Ruiz en una entrevista realizada por el Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile, “la gran diferencia es que los megaterremotos (como Valdivia 1960 o El Maule 2010) son tan grandes que rompen toda la zona de contacto”.
“En cambio los terremotos de aproximadamente Mw 8.0 (como Iquique 2014, Illapel 2015 o Chiloé 2016) rompen solo una parte de dicha zona, lo que tiene una directa implicancia con la ocurrencia de tsunamis”, agregó el experto.
Para los académicos los megaterremotos son aquellos que tienen una magnitud superior a los 8.8
Los terremotos de los años 1647, 1730, 1822, 1866, 1878, 1906, 1960, 1985 y 2010 son considerados Megaterremotos tanto por la devastación como en el número de personas afectadas por ellos.
VALDIVIA 1960
El terremoto que ostenta la medalla de oro, que afectó desde la península de Arauco, en la región del Biobío, hasta la península de Taitao, en Punta Arenas, y duró más de cinco minutos y que provocó un tsunami que llegó hasta las Costas de Alaska y Japón, ocurrio el 22 de mayo de 1960 en Valdivia y tuvo un registro impresionante de 9.5 grados.
“La placa de Nasca se desplazó 40 metros al interior de la placa sudamericana, tomando en cuenta que anualmente se mueve entre 5 a 6 centímetros por año y para acumular 6 metros se demora 100 años”, explicó el Dr. Sergio Barrientos, director del CSN.
NO ES UN CASO AISLADO
Según el Dr. Barrientos hay estudios realizados donde se han analizado los efectos que han dejado tsunamis en el pasado que demuestra que han ocurrido varios terremotos de esa magnitud.
“Hay evidencia, paleosismológica que muestran que han ocurrido terremotos equivalentes o parecidos que han producido el mismo tamaño de tsunami. Lo mismo con depósitos de tsunami que uno puede observar en algunas partes de la región” explico.
Agregó que los geólogos Marcos Cisternas y Matías Carvajal han estado investigando sobre el tema, incluso viajaron a Japón para hacer comprobaciones con los tsunamis que afectaron a país asiático, y han concluido que en el pasado ocurrieron eventos iguales o mayores que el de 1960.
“El terremoto de 1730, que fue uno de los más destructivos ocurridos en la zona central, según el estudio realizado sobre tsunami en Japón, por Marcos Cisternas y Matias Carvajal, fue un movimiento sísmico de entre 9.2 y 9.3” comentó Barrientos.
Según el profesional, para que ocurran megaterremotos debe exisitir una acumulación importante de energía que puede demorar entre 300 a 400 años, pero cada vez que ocurren eventos más pequeños e incluso mayores de 8.0 grados se libera energía, lo que va corriendo los plazos para que ocurran un movimiento sobre los 9.0.
SE PUEDEN PREDECIR LOS TERREMOTOS
Actualmente no existe ningún método científico para la detección temprana de los terremotos. Pero las estadísticas entregadas por los científicos arrojan datos interesantes.
El primero es que cada 10 años ocurre un terremoto sobre los 8.0 grados. Pero en la zona central tienen una periodicidad de entre 80 y 82 años.
“Si revisamos la historia en los últimos 500 años, los últimos terremotos más importantes que han ocurrido en la zona Central han sido los de 1647, 1730, 1822, 1906 y 1985 y mira la duración de los intervalos, son aproximadamente de 80, 82 y 84 años, por lo que uno esperaría que este tipo de sismos, de magnitud 8.0, tengan ese periodo de recurrencia”, comentó el Dr. Ramos.
Pero solo se está hablando de los más fuertes, los de 7.9 para abajo ocurren con más frecuencia.
En otras zonas del país ocurren casos parecidos, pero, solo son datos estadísticos.
