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“Televisión basura”: Despejando el prejuicio

Antonia Mundaca

“Televisión basura”: Despejando el prejuicio.
¿Qué es la «televisión basura? En Está Pasando le preguntamos a un experto en audiencias, y a ustedes los televidentes sobre esos «placeres culpables».

Terminó el reality Gran Hermano con un final de lágrimas y sentimientos intensos. Mientras,  Tierra Bravo sigue haciendo lo suyo con figuras como Pamela Díaz, Miguelito y Junior Playboy. En paralelo, Popín es viral y la televisión mostró a la tía Paty  y al Che Copete en el show de Canal 13 El Purgatorio.

 ¿Está de regreso la “televisión basura”?

Antes de ir a los expertos que orientarán para resolver esa y otras consultas en torno a la denominada “televisión basura”, como Está Pasando salimos a preguntarle a los televidentes qué opinaban respecto al tema. 

Las respuestas se reunieron y condensaron en el siguiente audio:

¿QUÉ ES LA TV BASURA?

Primero es lo primero, ¿qué se entiende por “televisión basura”? Según Eduardo de La Fuente, sociólogo de la Pontificia Universidad Católica, académico y experto en audiencias, “es un concepto que surge en la década de 1980 cuando comienzan a calificarse ciertos contenidos como ‘inapropiados’”.

Generalmente, se asocian a “fenómenos sensacionalistas que muchas veces tienen que ver con la privacidad de diversos actores”. Originalmente, se relacionó además “con la idea de que al mostrar este tipo de contenidos el tamaño de audiencia crecería y así se haría más rentable el negocio”.

Respecto a quiénes usan el término “televisión basura”, de La Fuente contestó que “el concepto sí se utiliza de manera recurrente en ciertas élites que hacen juicios críticos hacia los contenidos. Evidentemente si hay líderes que usan el concepto, siempre habrá seguidores que lo usen y lo amplifiquen”.

¿ESTÁ VOLVIENDO?

Luis Breull, experto en regulación mediática y exdirector de Fiscalización y Supervisión del Consejo Nacional de Televisión (CNTV), opinó que la “televisión basura” está volviendo más intensamente a las pantallas, pero no por mucho.

“Estamos asistiendo a un franjeo de realities, al retorno de figuras trasnochadas y outsiders televisivos famoseados, mediante la telerrealidad como un insumo más barato que antaño para apalancar a una industria televisiva, cada vez más amenazada por la baja de inversión publicitaria”, señala.

No obstante, producto de la “conflictividad, nivel de denuncias y potenciales sanciones” este tipo de contenidos se vuelve un arma de doble filo que pese a generar audiencias y aplacar pérdidas, “termina operando como un destructor de marcas”.

“El efecto de novedad de la TV contemporánea es cada vez más efímera, así que será un ciclo de rápido desgaste, donde cada formato se tratará de extender el máximo posible, pero no es una apuesta que permita solventar futuro”, concluye.

“CONCLUSIONES SESGADAS”

Eduardo de La Fuente, opina que más allá de la calificación “basura” que ocupan otras personas, o si está volviendo o no, lo interesante es ver cómo las audiencias de los programas que observan esos contenidos, declaran su consumo.

“Todas las investigaciones muestran que las personas se exponen a contenidos por distintas razones, pero nunca tienen que ver con una valoración negativa de este. Ante la pregunta ¿Por qué usted vio el reality? Lo más probable es que la respuesta no será ‘porque me encanta la televisión basura y lo veo para perjudicar mi capital cultural’”, ironiza.

“El uso del calificativo tiene que estar anclado fundamentalmente por el análisis de las motivaciones de la audiencia. En estudios sobre consumo de realitys las ideas de ‘identificación’, ‘valores’, ‘deseabilidad’, ‘conflicto’, ‘variedad de emociones’ y ‘resolución positiva’ siempre están presentes”, constata el experto en audiencias.

Personalmente, Eduardo de La Fuente no comparte la idea de “televisión basura”. Opina que hay casos en que la audiencia valora estos tipos de contenido “por razones asociadas a la idea de entretenerse con un contenido fácil de consumir, que genere conversación cotidiana, que genere distensión, humor y anécdotas”.

Es  tan válido revisar esos contenidos, como revisar “por ejemplo, los Juegos Panamericanos”.  Es más, “es probable que las mismas personas que veían el reality también vieron los Juegos Panamericanos”.

“No tener en cuenta la complejidad de las personas y acudir a análisis tan lineales siempre lleva a conclusiones sesgadas”, constata el experto.

¿POR QUÉ VEMOS “TELEVISIÓN BASURA”?

Ahora que entendemos más sobre la denominada “televisión basura”, nos podemos cuestionar: ¿Por qué la vemos?

“Razones hay muchas. Entre ellas se puede mencionar la identificación personal, la integración social, la entretención -en sus distintas definiciones-, la curiosidad, el morbo e incluso la inercia -ver algo sin ninguna razón-”, comenta de La Fuente.

Ya que, en general lo anterior “produce ciertas gratificaciones, que deben ser comprendidas en el contexto de consumo, en el uso de distintos medios y manifestación de hábitos o comportamientos”.

Ahora, ¿por qué nos gusta verlos? “Tal vez es lo más complejo de determinar desde el punto de vista del análisis de audiencia”.

Para el experto, “lo más interesante es que a veces vemos cosas que no nos gustan. Por ejemplo, en el último Festival de Viña del Mar se presentaron 2 humoristas, Fabrizio Copano y Belén Mora. La crítica especializada y el público opinante en redes sociales hizo evaluaciones muy distintas respecto de las rutinas -digamos que una fue muy buena y otra no tanto-”.

“El tema es que el peak de sintonía de Copano fue 43 puntos y el de Mora fue de 41 puntos. Este tipo de paradojas es lo que más cuesta entender y las respuestas no son simples de obtener”, concluye.

“PROGRAMAS DE ENTRETENCIÓN MASIVOS”

Indudablemente, el concepto “televisión basura” es fuerte y eventualmente dañino para quienes disfrutan el contenido. Entonces, ¿de qué otra manera nos podemos referir a ese tipo de contenidos?

“Por de pronto, la etiqueta de ‘programas de entretención masivos’ podría reemplazar a la idea de ‘televisión basura’ que implica un claro juicio de valor”, señala de La Fuente

Aunque para el experto en audiencias, lo interesante es que la televisión masiva sigue siendo el medio de comunicación más relevante de nuestra sociedad. “Cuesta encontrar conceptos tan instalados como ‘música basura’, ‘televisión de pago basura’, ‘radio basura’, ‘redes sociales basura’, etc”.

“PLACERES CULPABLES”

Otro concepto bastante asociado a los -ahora- “programas de entretención masivos” es el de “placer culpable”.

“Efectivamente la audiencia declara culpa o también oculta sus preferencias en el refugio del ‘deber ser’ ¿Por qué ocultamos “placeres culpables” en televisión?”, se cuestiona el sociólogo experto en audiencias, Eduardo de La Fuente.

“Probablemente por las mismas razones por las que nos declaramos ser ávidos lectores, tener una dieta saludable o hacer deporte de manera sistemática”, responde.

Luego acota que “hay grupos de élite que emiten juicios de valor que muchas veces hacen que las personas oculten sus preferencias, y hoy aún más, cuando la cancelación es un riesgo inminente”.

“Finalmente, pensar que la razón por la que las personas consumen o no un contenido porque son ‘tontas’, es probablemente el gran prejuicio que tenemos que enfrentar”, concluye.

Así que ya sabe, vea realitys, programas de concursos, teleseries livianas y farándula con total tranquilidad. Sólo cuestiónese “en qué plataformas o medios se realiza con mayor proporción hechos o situaciones de degradación de personas”, indica de La Fuente.

Y, en caso de ver esa degradación, no dude en ser como quienes operan de «guardianes de la integridad moral televisiva  y denuncian masivamente estos contenidos ante el Consejo Nacional de Televisión», acota Luis Breull.

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