El mayor peligro es no ir para ningún lado, señala el sociólogo y Magister en Ciencias Políticas, Víctor Maldonado R.
«Se dice que el mayor desafío político a partir del lunes es mantener la unidad de cada coalición y puede ser que no sea así.
Hay algo más de fondo en juego
Una derrota trae muchas complejidades, pero suele producir un movimiento de aglutinación.
Las diferencias internas quedan suspendidas a raíz de la necesidad de absorber un mal resultado.
Más difícil resulta guardar la compostura si se tiene un buen desenlace, después de haber temido una derrota.
Del alivio se puede pasar a la arrogancia en un dos por tres
Por eso el desafío mayor será reconocer que los acuerdos amplios siguen siendo necesarios porque los intereses podrán ser distintos, pero los problemas siguen siendo comunes.
Es importante poner en reversa, al menos parcialmente, el clima de conflicto.
Teniendo dos años electorales por delante, iniciar ahora una larga escalada de agresiones mutuas puede llevarnos a un peligroso estancamiento.
En un ambiente en el que predomina la confrontación el procesamiento de los temas polémicos se posterga.
Procrastinación política
Como son cada vez más los asuntos que se estiman contraproducentes por su efecto electoral para unos u otros, y como elecciones cercanas habrá siempre, definiciones habrá nunca.
El ejemplo más cercano es la decisión tomada por el Frente Amplio y el PC de postergar el informe sobre el caso Convenios hasta después del plebiscito.
Se entiende perfectamente la lógica que hay detrás y razones no faltan. Otros encontrarán motivos igualmente atendibles para bloquear otras decisiones.
Como no se trata de un caso aislado, sino de uno representativo de la lógica predominante, se entenderá como se puede llegar a una parálisis de una parte importante de la labor parlamentaria.
Además, no se trata de que los temas se den por cerrados y se pase a otra cosa
La oposición ya anunció que buscará la creación de una nueva comisión investigadora en el caso Convenios porque “existen nuevos antecedentes”, lo que no es de extrañar cuando se tiene una investigación en curso.
Lo cierto es que la comisión que acaba de entregar su informe tuvo un desempeño sorprendentemente mediocre y no es que la vara esté muy alta.
Miguel Crispi salió indemne, no por su habilidad dialéctica (que no tuvo oportunidad de exhibir), sino porque nadie hizo las preguntas obvias.
¿Lerdos y limitados?
Así que de la ineptitud se pasará a la repetición, lo que augura una gran cantidad de reestrenos en una secuencia en aparente sin fin.
Por fortuna, con este material no se filman películas porque el récord de Rápidos y Furiosos estarían en riesgo, sin considerar que algo llamado Lerdos y Limitados no la iría a ver nadie.
Los acuerdos no están ausentes, aunque se les trata de deslucir todo lo posible.
Incluso sus protagonistas de la exitosa agenda de seguridad dicen que “solo” hay 20 medidas aprobadas de 36 comprometidas.
Ruboriza reconocer los avances
Nunca habíamos avanzado tanto, pero reconocerlo parece hoy fuera de tono y eso es lo que más importa.
El bien del país, válido para todos los sectores, se identifica con que no predominen la estrategia y la táctica de la polarización.
El triunfo del En contra, donde nadie pierde por completo, es la opción que facilita avanzar en acuerdos.
Te puede interesar: Audacia se llama el juego.
