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Científicos australianos buscan salvar peces braquionictíidos

Javiera Sanzana

Solo alrededor de 100 individuos de la especie de braquionictíidos aún conservan su libertad. Estos peces, con una apariencia dorada y carmesí, presentan brazos rechonchos y manos con membranas. Su hogar se ubica en una pequeña porción de un arrecife de coral en el sudeste de la isla de Tasmania.
Los braquionictíidos tienen una longitud de ocho centímetros, estos seres no nadan, sino que se desplazan por el lecho marino utilizando sus aletas pectorales y pélvicas.

Solo alrededor de 100 individuos de la especie de braquionictíidos aún conservan su libertad. Estos peces, con una apariencia dorada y carmesí, presentan brazos rechonchos y manos con membranas. Su hogar se ubica en una pequeña porción de un arrecife de coral en el sudeste de la isla de Tasmania.

Los braquionictíidos tienen una longitud de ocho centímetros, estos seres no nadan, sino que se desplazan por el lecho marino utilizando sus aletas pectorales y pélvicas.

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Lamentablemente, la voracidad de los erizos de mar, la degradación causada por la actividad humana en su entorno y el aumento de las temperaturas del océano han llevado a una severa pérdida y degradación de su hábitat, según informa el Instituto de Estudios Marinos y Antárticos de la Universidad de Tasmania.

CIENTÍFICOS

Ante esta amenaza, los científicos de dicho instituto han tomado la decisión de trasladar numerosos ejemplares a acuarios con el objetivo de preservar la especie. La científica marina Jemina Stuart-Smith señaló que «este verano ha superado con creces las temperaturas máximas anteriores», lo que agrega un estrés adicional a una población ya frágil.

Andrew Trotter, su colega, afirmó que cuentan con personal altamente experimentado que supervisa a los peces todos los días de la semana. Aunque confían en que los animales están seguros bajo su cuidado, reconocen la alta responsabilidad que conlleva debido al reducido tamaño de la población salvaje.

El objetivo primordial del equipo científico es reintroducir a los animales en su hábitat natural cuando las temperaturas marinas disminuyan al inicio del invierno austral en junio.

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