A simple vista puede parecerte que estas pequeñas polillas de la foto no tienen nada de especial. Son unas simples polillas blancas y negras. Pero la realidad es que esconden uno de los mejores ejemplos de evolución que podemos observar.
Durante siglos, estas polillas moteadas o mariposas del abedul (Biston betularia) eran de color blanco con motitas pardas. Un color que les permitía pasar desapercibidas contra los líquenes que cubrían los troncos de los árboles. De esta forma, resguardadas entre la corteza de los abedules, se volvían invisibles ante los ojos de los hambrientos pájaros. Así sobrevivieron durante siglos.
Tan solo muy de vez en cuando podías encontrar una polilla oscura. Una pequeña rareza. De hecho, hasta finales del Siglo XVIII no se habían ni siquiera descrito.
POLILLAS CLARAS CAMUFLADAS SOBRE LA CORTEZA DE ABEDULES . A MITAD DE SIGLO XIX LA MAYORÍA DE LAS POLILLAS EN INGLATERRA ERAN DE COLOR CLARO CON PEQUEÑAS MOTAS PARDAS. FOTO: ANDY PHILLIPS VIA FLICKR
Adaptación al cambio
Pero de repente algo cambio.
La revolución industrial llegó a Reino Unido y el cielo se lleno del humo negro del carbón. Los líquenes, muy sensibles a la contaminación, murieron y el tronco de los arboles se ennegreció. Ahora las polillas blancas destacaban como luces de neón sobre el tronco negro. Se habían convertido en un blanco fácil para los pájaros.