Internacional

Argentina logra un superávit a costa de recortes en el gasto público

Editado de medios y agencias internacionales por Cristian Navarro H.

Este superávit financiero, el primero para un trimestre desde 2008, fue alcanzado mediante drásticas reducciones de gasto

Argentina logra un superávit a costa de recortes en el gasto público

Argentina ha alcanzado un superávit financiero en el primer trimestre de 2024, el primero desde 2008, pero a expensas de significativos recortes en el gasto estatal y social.

En una inusual alocución televisiva desde la Casa Rosada, el presidente de Argentina, Javier Milei, informó sobre los logros económicos de su administración en los primeros cuatro meses de gobierno.

Durante su discurso de 16 minutos, Milei destacó la obtención de un superávit financiero de más de 275.000 millones de pesos (aproximadamente 315,4 millones de dólares), lo cual representa un 0.2% del PBI en el primer trimestre del año, describiéndolo como una “hazaña histórica”.

Primer supearavit desde 2008

Este superávit financiero, el primero para un trimestre desde 2008, fue alcanzado mediante drásticas reducciones de gasto, una estrategia que Milei calificó de necesaria pero que ha sido difícil de aceptar para muchos ciudadanos.

El superávit financiero incluye tanto el superávit primario —donde los ingresos superan los gastos antes de intereses de deuda— como los pagos de intereses.

En el primer trimestre, los ingresos totales del sector público alcanzaron los 6,1 billones de pesos, originados principalmente de impuestos y derechos de exportación e importación, además de contribuciones a la seguridad social.

Los gastos sumaron 5,5 billones de pesos, distribuidos en seguridad social, salarios y programas sociales. El superávit resultante fue de más de 600.000 millones de pesos (unos 716 millones de dólares).

Javier Milei enfatizó que su gobierno ha logrado controlar el despilfarro en el gasto público y advirtió que no se debería esperar una salida de la recesión impulsada por el gasto público.

Desde su elección en diciembre, Milei prometió un plan de «shock» económico para combatir la inflación de tres dígitos y revertir la crisis económica prolongada.

Esto incluyó eliminar ciertos subsidios estatales en energía y transporte, cerrar varios ministerios, paralizar proyectos de infraestructura y despedir a miles de trabajadores estatales.

Este enfoque ha generado tensiones considerables con los gobernadores provinciales, muchos de los cuales han llevado las medidas de ajuste a los tribunales.

 

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