Deportes

Brasil vive crisis en el fútbol

María Fernanda Pavez

«Vivimos una baja. Antes teníamos más atletas de alto nivel», dijo recientemente a la AFP Edinho, hijo mayor del fallecido Pelé.

La reputación deportiva del apodado “El país del juego bonito” está puesta en duda.

El destacado nivel del desempeño en Brasil ya es parte del pasado.

«Vivimos una baja. Antes teníamos más atletas de alto nivel», dijo recientemente a la AFP Edinho, hijo mayor del fallecido Pelé.

Sumándose así a otras impresiones en el mundo del deporte y la política donde se plantean que, «ya no hace el mejor fútbol del mundo».

 

Motivos para poder entender

Algunas de las principales razones aluden a que, en primer lugar, el fútbol callejero, de donde salieron muchas leyendas brasileñas como Rivellino, Zico y Romário, está en vías de desaparición.

Los amantes del fútbol ya no juegan al balón como hicieron durante décadas.

La era de los extensos partidos de luz a luz ya no se ven.

Tampoco lo hacen las improvisadas canchas en playas ni potreros.

La historiadora deportiva Aira Bonfim asegura que la inseguridad urbana también ha alejado a los jóvenes de practicar el deporte ‘rey’.

«Antes cualquier espacio libre era suficiente para hacer del fútbol una iniciación. Hoy son vistos como un excelente terreno para construir», plantea.

 

Desde los más pequeños

Las posibilidades para los niños pobres también se han limitado con el poco acceso actual a las escuelas de fútbol gratuitas.

Según un estudio independiente de 2021 en el colegio o en proyectos sociales, solo una de cada cinco escuelas es gratis.

“Muchas veces sobre grama sintética, que exige menos esfuerzos que las canchas irregulares”. declaró la historiadora.

“Estas superficies se estiman claves para desarrollar la codiciada técnica brasileña”, agrega.

Basta un recorrido por las ruidosas y pobladas capitales brasileñas para constatar la ausencia de balones.

 

Creadores de ídolos

Brasil sigue siendo el principal exportador y productor de futbolistas, pero recibe menos dinero por sus ventas.

Para algunos esto también responde a la dificultad de hallar astros que se diferencien en un balompié cada vez más homogéneo, que prioriza la táctica basada en el modelo europeo.

En Brasil hay más celulares que los 203 millones de habitantes y el 34% de la población de entre cinco y 19 años tiene sobrepeso u obesidad, según el Atlas Mundial de la Obesidad de 2024.

 

Mucho dinero

El precio de los boletos de la reciente final del Campeonato Carioca, en la que el ‘Fla’ venció a una escuadra de la cuarta división, osciló entre 20 y 118 dólares, en un país en el que el salario mínimo equivale a 279 dólares.

«Lo del país del fútbol se está perdiendo», dice Pablo Igor, un ‘vascaíno’ de 38 años.

«El fútbol es esto de aquí, la gente, los chicos de calle. Y estos chicos de calle, como fui yo, ya no tienen acceso» al deporte ‘rey’.

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