Es uno de los trastornos de la alimentación que puede ser grave, en el caso que no se detecte oportunamente.
Las personas que sufren bulimia, pueden ser hombres y mujeres suelen sentir que no tienen el control de su alimentación.
Obsesión por el cuerpo
A veces comen grandes cantidades de comida a escondidas de otras personas, luego se producen vómitos para no aumentar su peso.
Estamos hablando de un trastorno grave de la alimentación que puede causar la muerte.
Por mas que evitan ingerir alimentos, el temor a engordar es más grande y la culpabilidad los domina.
Si conoces una persona que sufre bulimia, o tú estás atravesando por eso, es probable que te centres en los kilos de tu cuerpo y en tu figura, aunque te esfuerces en pensar en otras cosas.
No es extraño los juicios duros y la crítica al aspecto en general, incluso de lo que antes valoraba tener.
Puede ser difícil de superar y peligrosa.
No hay que olvidar que no es un trastorno que uno decide tener.
Es realmente una enfermedad compleja que afecta el funcionamiento del cerebro y la toma de decisiones.
Pero no está todo perdido, un tratamiento eficaz puede ayudar a reconciliarse con el cuerpo y la personalidad que también se vio afectada.
Señales importantes
Algunos de los síntomas de la bulimia pueden incluir los siguientes. Según información proporcionada por Infobae:
-Vivir con miedo a engordar e intentar adelgazar de formas poco saludables.
-Ingerir de forma repetida cantidades extraordinariamente grandes de comida a la vez.
-Sentir una pérdida de control durante los atracones. Es posible que las personas sientan que no pueden dejar de comer o que no pueden controlar lo que comes.
-Vomitar a propósito o hacer ejercicio al extremo después de un atracón para no engordar.
-Utilizar diuréticos o medicamentos que hacen orinar, laxantes o enemas para evacuar las heces pese a no ser necesarios.
-Ayunar, limitar las calorías o no comer ciertos alimentos entre atracones.
-Usar suplementos alimentarios o productos herbarios para perder peso. Estos productos pueden ser peligrosos.
-Estar muy descontento con la forma del cuerpo y con el peso.
-Dejar que la forma del cuerpo y el peso dominen la autoestima.
-Tener cambios extremos de humor.
