El ministro de Justicia, Luis Cordero, llamó a «tomar una pausa y respirar» ante las teorías y ofensivas que se han abierto esta semana desde la oposición, especialmente respecto al ultimátum de la UDI para no dialogar con el Gobierno si no se remueve al ministro Giorgio Jackson tras el robo que sufrió la repartición que este dirige y las posteriores teorías conspirativas que lo rodearon.
«Yo creo que es un buen ejemplo de cómo hay que evitar circunstancias de este tipo, tener juicios apresurados. Y otra, construir a partir de esos juicios apresurados en base a presupuestos que tienen otros fines, terminar por construir teorías de la conspiración o similares», dijo a Chilevisión.
El titular de Justicia reflexionó que la política «siempre se mueve en contextos de adversidad, de diferencias, pero cuando se trata de hechos de estas características, creo que lo que enseña ese día en particular es que hay que ser relativamente prudente y, sobre todo, dejar que los especialistas, como siempre, señalen o indiquen la información que es razonable, en este caso, la investigación del Ministerio Público y las policías».
Consultado por las declaraciones de Jackson, al instalar también la idea de que se trataba de un robo «sospechoso», el ministro Cordero sostuvo que a su juicio él «trató de dar tempranamente una señal de que el ministerio estaba adoptando decisiones, y él en particular. La preocupación de la inquietud de él se vio confirmada durante el día, de que fuera utilizada en términos políticos. De hecho, eso fue lo que sucedió».
Cordero recordó que ese mismo día, los diputados de la UDI enviaron una carta al Presidente Gabriel Boric, donde «se le imputa al ministro Jackson ser parte de una banda… Yo leí esa carta, me sorprendió muchísimo y en general la imputación de un delito falso a una autoridad sólo tiene un nombre, se llama calumnia».
«Entonces creo que la situación que se dio durante el día demostró que estamos utilizando cualquier circunstancia, cualquier evento, en este caso el vinculado al robo de los computadores, para interpelar políticamente al ministro Jackson», comentó Cordero.
En esa línea agregó que cuando los antecedentes demostraron que se trataba de un delito que resultó ser anormal -«que se esté suplantando a un ministro de Estado, que ingrese con tanta facilidad»- pero cometido por delincuentes comunes, «creo que da cuenta que es necesario tomar una pausa, respirar. Uno puede tener diferencias políticas, son legítimas, pero creo que el lenguaje y las imputaciones las debemos cuidar, sobre todo en el momento como los que estamos».
A juicio del ministro, la carta de la UDI «fueron declaraciones apresuradas, una carta apresurada, que creo deja en muy mala posición a la UDI como partido que forma parte de un sistema democrático donde la discusión, la deliberación, es una condición esencial».
Luego vino la declaración en ese sentido de los parlamentarios de la colectividad. Al respecto, Cordero precisó que «es el único partido que finalmente queda sin posibilidad de mantener un diálogo respecto de asuntos de interés público, que son indispensables para la vida cotidiana de las personas, pero además para el funcionamiento normal del Parlamento. Creo que fue un error y supongo que ellos evaluarán, porque me parece que también fue una declaración en el contexto del apuro».
«Creo que lo sucedió ese día es un buen ejemplo para que cuando estemos en circunstancias de este tipo, respiremos y luego, solo que tengamos todos los antecedentes, podemos hacer juicios tanto políticos como jurídico», comentó Cordero.