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Afroamericanos torturados en Mississippi exigen las más altas penas a expolicías

Editado de medios y agencias internacionales por Cristian Navarro H.

Los seis exagentes se declararon culpables de cargos que incluyen conspiración contra derechos civiles, obstrucción y abuso de autoridad.

Afroamericanos torturados en Mississippi exigen las más altas penas a expolicías

Los afroamericanos Michael Corey Jenkins y Eddie Terrell Parker, fueron víctimas de tortura racista a manos de seis exagentes en Mississippi. Los exagentes admitieron haber sometido a Jenkins y Parker a numerosos actos de violenta tortura por motivos raciales en enero de 2023.

Alertados por una denuncia de que Jenkins y Parker estaban con una mujer blanca, el grupo ingresó ilegalmente y los agredió con pistolas paralizantes, un objeto sexual y otros elementos.

Tras un intento fallido de simulacro de ejecución en el que Jenkins recibió un disparo en la boca, orquestaron un encubrimiento colocando drogas y un arma.

El Departamento del Sheriff del condado de Rankin respaldó inicialmente los falsos cargos.

El juez Tom Lee programó la sentencia de dos acusados por día durante tres jornadas a partir del martes, tras dos postergaciones previas.

Un abogado de las víctimas instó a imponer «las sentencias más severas». «Jenkins y Parker continúan padeciendo emocional y físicamente por este horrible ataque. Se debe enviar un mensaje contundente de que ese comportamiento criminal enfrentará las consecuencias más graves», afirmó Malik Shabazz.

Los seis exagentes se declararon culpables de cargos que incluyen conspiración contra derechos civiles, obstrucción y abuso de autoridad. Sus abogados acordaron sentencias recomendadas de entre 5 y 30 años, aunque el juez no está obligado a respetarlas.

Una investigación de AP había vinculado a algunos de ellos con al menos cuatro encuentros violentos previos con hombres negros que derivaron en dos muertes.

Los cargos falsos no fueron retirados hasta junio, cuando investigadores federales y estatales se acercaron a los agentes que se autodenominaban «Escuadrón Goon».

El sheriff calificó los crímenes como el peor caso de brutalidad policial que jamás haya visto. Jenkins y Parker pidieron su renuncia y presentaron una demanda de $400 millones contra el departamento.

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