Alberto Fujimori fue liberado de prisión en Perú. El expresidente dejó la prisión este miércoles, donde cumplía una condena de 25 años por las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, ocurridas durante su gobierno en la década de 1990.
El ex mandatario de 85 años, abandonó la base policial de Barbadillo, ubicada en un barrio pobre de Lima, donde permaneció 16 años. Fue recibido por decenas de seguidores que lo aclamaban como un «héroe» que salvó al país del terrorismo.
La liberación se produjo pese a la oposición de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), que el martes envió una nueva exhortación al gobierno peruano para que se abstuviera de ejecutar el indulto.
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La Corte IDH pidió detener el indulto hasta que el organismo tenga «todos los elementos necesarios para analizar si dicha decisión cumple con las condiciones» que exige el beneficio.
El presidente de la Corte IDH, Ricardo Pérez Manrique, emitió una resolución en la que indicó que la solicitud es para «garantizar el derecho de acceso a la justicia» de los peruanos que fueron asesinados en las dos masacres.
Indulto fue concedido por el año 2017
La decisión final de liberar a Fujimori quedó en manos del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), que depende del gobierno de la presidenta Dina Boluarte.
Dejar la carcel no lo libera de pagar unos 57 millones de soles, unos 15 millones de dólares, de deuda por reparación civil por los casos de corrupción.
El indulto fue concedido por el expresidente Pedro Pablo Kuczynski en 2017, pero fue anulado o suspendido varias veces por tribunales menores debido a la presión de la Corte IDH y de los familiares de las víctimas de abusos.
Por esto, es la segunda vez que Fujimori es liberado, luego de aquel indulto de 2017 que fue anulado al año siguiente.
La liberación ocurre en un momento de turbulencia política en Perú, luego de que la Fiscal General denunciara constitucionalmente ante el Congreso a la presidenta Boluarte por las decenas de muertes durante las protestas antigubernamentales a fines del año pasado y comienzos de 2023.
Fujimori, que se dedicaba en prisión a la jardinería y la pintura, deja en el penal a otros dos exmandatarios, Alejandro Toledo, investigado por corrupción, y Pedro Castillo, acusado de rebelión tras intentar de forma ilegal disolver el Congreso.
Familiares de las víctimas dicen que es una afrenta
La liberación de Fujimori fue recibida con críticas por parte de los organismos de derechos humanos y de los familiares de las víctimas de las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta.
«La orden del Tribunal Constitucional de liberar a Fujimori es un retroceso preocupante», dijo Volker Turk, Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
«Cualquier liberación humanitaria de los responsables de graves violaciones de los derechos humanos debe estar en consonancia con el derecho internacional», agregó Turk.
Por su parte, el Comité de Familiares de las Víctimas de las Matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, dijo que la liberación de Fujimori «es una afrenta a la justicia».
«Fujimori es un criminal que debe pagar por sus delitos», dijo el comité en un comunicado.
