El fiscal general del caso Narumi, Etienne Manteaux, solicitó que el tribunal condene a cadena perpetua a Nicolás Zepeda en el segundo juicio al que se le somete por la desaparición y muerte de su joven novia japonesa.
A la hora de los alegatos -antes alegó la abogada de la familia, Sylvie Galley- el persecutor describió lo que, a su juicio, es la total falta de empatía del acusado «hacia la familia Kurosaki. No encuentro circunstancias atenuantes. Hizo mal uso de sus dotes naturales al poner su inteligencia superior a la media al servicio de su proyecto criminal».
Lea también: Tenso interrogatorio a Nicolás Zepeda en caso Narumi: «¡Usted es un mentiroso!»
Lea también: Nicolás Zepeda y caso Narumi: Ya no tengo miedo de responder las preguntas
«En estas condiciones, exijo que sea declarado culpable y condenado a la pena máxima de cadena perpetua», enfatizó.
SOLO MENSAJES
El fiscal hizo una recapitulación de las pruebas que existen en torno al caso.
«Nadie vio ni escuchó a Narumi Kurosaki después del 4 de diciembre. Ella nunca tomó el tren de Besanzón a Lyon. No llevó parka, ni dinero, ni zapatos. Solo se lleva las toallas y las sábanas en su maleta», describió.
«Nadie vuelve a ver a Narumi, solo manda mensajes. No habla con sus amigos en japonés, los mensajes que manda a su familia son incoherentes», agregó.
Según Manteaux, «lo que permite datar la fecha de muerte de Narumi son los gritos de la noche del 4 al 5 de diciembre. Además, se escuchan ruidos fuertes. La naturaleza de esos gritos es unánime para los testigos: son de mujer, de horror, de espanto».
«Nicolás Zepeda parece ser el autor evidente de este homicidio, sobre todo porque él, presente en la habitación 106, afirma no haber escuchado estos gritos. Llegó a decir, en una primera versión, que los gritos eran gritos de placer», expuso el fiscal.
«MINTIÓ TANTO»
«Zepeda afirma no estar vinculado con la muerte de Narumi, pero mintió tanto en este asunto que la credibilidad de sus palabras queda destruida», dijo Manteax, aunque reconoció que «la mentira no es prueba de culpabilidad».
Tras describir otras pruebas donde, afirmó, «fue Nicolás quien mantuvo la ilusión de que Narumi estaba viva, para enmascarar su propia presencia en Francia. Cuando sabe que está a salvo en Chile, ya no tiene ningún interés en mantener la ficción de la vida de Narumi», el fiscal se centró en el «irracional» desinterés del acusado por la desaparición de la muchacha.
BÚSQUEDA DE CONTROL
Manteaux también se refirió a la personalidad controladora de Zepeda.
«Se podría pensar que un hombre de 25 años, desconocido para la policía y los tribunales, no puede ser un asesino. Sin embargo, el experto en psicología explicó que su búsqueda de control sobre los demás iba mucho más allá de los celos. Cuando tu ser querido se escapa de ti, le lleva a reforzar este control, hasta el punto de controlar su vida. Una vez que mataron a Narumi, impulsó este deseo hasta el punto de controlarla más allá de su muerte», dijo el abogado.
Entones, leyó un extracto del mensaje de Nicolás Zepeda a Narumi, en vida: «Eres mía por la eternidad, siempre serás mi tesoro».
.
