Alemania implementará controles temporales en todas sus fronteras terrestres a partir del lunes, con el objetivo de reducir la migración irregular, pese a la oposición de algunos países vecinos y en medio de preocupaciones sobre su impacto en el espacio Schengen de libre circulación.
Estos controles, descritos como «flexibles y ajustados a las necesidades de seguridad», se realizarán en las fronteras con Francia, Luxemburgo, Países Bajos, Bélgica y Dinamarca por seis meses.
Estos se suman a los controles ya existentes en las fronteras con Suiza, Austria, República Checa y Polonia.
CANCILLER OLAF SCHOLZ
El canciller Olaf Scholz defendió la medida durante un evento en Brandeburgo, donde el partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) lidera las encuestas para las próximas elecciones regionales.
Scholz enfatizó que la migración irregular no es deseable, y mencionó que solo una parte de las 300.000 personas que llegaron a Alemania el año pasado tenían derecho a protección.
Expresó su preocupación por la falta de cooperación de algunos países vecinos en el control de la migración irregular. Además, la ministra del Interior, Nancy Faeser, subrayó que los controles buscan detener la migración irregular, combatir el contrabando y prevenir delitos, en coordinación con los países vecinos.
También destacó que se busca minimizar el impacto sobre los viajeros y el comercio en las regiones fronterizas.
CONTROLES
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Además, las solicitudes de asilo han disminuido y las devoluciones han aumentado en un 20%.
CRITICAS A ESTA MEDIDA
Sin embargo, varios países han criticado la medida. Polonia calificó la decisión de inaceptable, mientras que Austria rechazó la posibilidad de recibir a personas rechazadas en la frontera alemana.
Grecia también manifestó su desacuerdo, argumentando que la solución migratoria no puede lograrse mediante la eliminación unilateral del acuerdo de Schengen. Por otro lado, Hungría elogió la decisión, pero criticó la destrucción del espacio Schengen desde 2015.
