Internacional

Aumenta tensión entre Armenia y Azerbaiyán

Editado de medios y agencias internacionales por Cristian Navarro H.

El primer ministro armenio, Nikol Pashinian, ha acusado a Azerbaiyán de planear operaciones militares que podrían desencadenar una guerra a gran escala

Aumenta tensión entre Armenia y Azerbaiyán. Las recientes violaciones al alto el fuego en la frontera entre Armenia y Azerbaiyán evidencian las dificultades que enfrenta el proceso de paz en la región. El ataque del 13 de febrero por parte de las fuerzas azerbaiyanas, que costó la vida a cuatro soldados armenios, pone de relieve la falta de progreso en las negociaciones entre ambos países.

El primer ministro armenio, Nikol Pashinian, ha acusado a Azerbaiyán de planear operaciones militares que podrían desencadenar una guerra a gran escala. A pesar de los esfuerzos de las comisiones de demarcación fronteriza, Armenia denuncia que Azerbaiyán no respeta el acuerdo de la Declaración de Almá-Atá de 1991, que define las fronteras tras la disolución de la Unión Soviética.

El gobierno armenio parece haber dado por cerrado el capítulo de Nagorno Karabaj, aunque sectores de la oposición culpan a la administración de Pashinian por las crisis recientes y se resisten a dejar atrás este tema.

Armenia quiere acercarse a la OTAN

En este contexto de tensión, Alemania ha intentado mediar entre Pashinian y el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, durante la Conferencia de Seguridad de Múnich. Sin embargo, las diferencias persisten y el camino hacia la paz sigue siendo incierto.

En un cambio de estrategia, el gobierno armenio ha fortalecido sus lazos con socios occidentales, especialmente en materia de seguridad nacional, lo que ha generado tensiones con Rusia, tradicional aliado de Armenia. Esta distancia se refleja en la renuencia de Armenia a participar en actividades de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) y en su acercamiento a la OTAN.

Mientras tanto, Azerbaiyán presiona a Armenia exigiendo cambios en su Constitución Nacional como condición para un tratado de paz, lo que ha generado más controversia en la región.

En este complejo escenario, Armenia busca establecer una nueva Constitución que refleje sus intereses y fortalezca su posición en la región. Sin embargo, este proceso enfrenta críticas y desafíos tanto internos como externos, lo que dificulta aún más el camino hacia la estabilidad y la paz en el Cáucaso Sur.

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