«¿Cómo se enfrenta una búsqueda cuando te dicen que acá no se ha perdido nada?, ¿en qué momento después de golpear tantas puertas se asume la muerte?, ¿cómo se responde a quienes invitan a olvidar y a quienes niegan lo que ocurrió? Creemos que la mejor manera de dar respuesta a algunas de estas preguntas es llevando a la práctica y asumiendo la responsabilidad que asumieron las víctimas y por eso nos reunimos hoy para firmar este decreto», inició el presidente Gabriel Boric.
Según cifras de la Subsecretaría de Derechos Humanos, sólo 307 víctimas fueron ubicadas; son 1.469 entre Detenidos desaparecidos (1.092) y ejecutados sin entrega del cuerpo (377). Una cigra que para el Presidente «nos debe hacer arder la sangre, porque da cuentas de la magnitud de la deuda que tenemos como Estado y sociedad».
El Plan Nacional de Búsqueda, pretende aliviar a las familias de esas más de 1.400 personas reconstruyendo su trayectoria como víctimas. Desde su detención y secuestro hasta su lamentable muerte.
Dará garantías de información y participación de los familiares y organizaciones de la sociedad civil en el proceso de búsqueda. No repetición, reparación, ubicación, identificación y restitución son algunas de las esperanzas que subyacen en el plan que intentará esclarecer las circunstancias de desaprición y muerte en Dictadura.
El discurso de Boric
Gabriel Boric inició su discurso, intentando dejar lo más claro posible que es una política de Estado y no de Gobierno que busca “hacer todo lo que está en nuestro alcance” para indagar en las desapariciones y/o muertes de quienes fueron víctimas de desaparición forzada.
“Esa verdad tiene que ser construida y el Estado tiene que aportar para que se haga tal”. En ese sentido, se refirió a las sentencias conocidas esta última semana respecto a los asesinatos a Víctor Jara y Salvador Allende: “Uno se pregunta también si la justicia es tal cuando no es oportuna. Es mejor que llegue a que no llegue, pero algo pasó en el camino”.
Además de criticar a la justicia, arremetió en contra las figuras de oposición que fueron invitadas y no formaron parte de la ceremonia.
“Es momento de que nos pongamos de acuerdo en algo muy básico en algo que no requiere contexto ni mayores explicaciones y es que nunca más vamos a interrumpir la democracia por medio de la violencia y nunca más vamos a violar los derechos humanos de otra persona por pensar distinto», concluyó.
