La ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, valoró la detención de Agustín O’Ryan Soler, el chileno de 21 años que estaba prófugo de la justicia desde diciembre de 2022, cuando fue condenado por violación y abuso sexual agravado contra dos menores de edad.
Este fue capturado este martes en Córdoba por personal de Interpol Buenos Aires, gracias a una notificación roja emitida por Interpol Santiago.
Ahora el Ministerio Público tiene 60 días para solicitar su extradición a Chile. En el intertanto, seguirá bajo arresto en el país vecino.
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Fue a través de su cuenta oficial de X (exTwitter), que Bullrich describió que «el chacal chileno, Agustín O’Ryan, se fugó de su país cuando fue condenado por violación y abuso contra menores, hace un año y medio».
«PFA (Policía Federal Argentina) le puso fin a la búsqueda: lo atrapó en Córdoba», destacó la secretaria de Estado.
Recalcó que «será expulsado a Chile para que se haga justicia. No somos más refugio de delincuentes».
EN UNA PARCELA
El fugitivo fue encontrado en una parcela por el Grupo Operativo de Investigación de Prófugos de la Justicia de Interpol Buenos Aires utilizando «técnicas investigativas tanto en bases de datos abiertas como cerradas» y «elementos tecnológicos, que incluyen drones», según explicó el subprefecto Gerardo Raventós, de la OCN Interpol Santiago.
Este añadió que en el lugar «se produce un primer allanamiento y se obtienen resultados concluyentes respecto del destino de esta persona y a 50 kilómetros de distancia de ese punto se logra su captura».
LA FUGA
Agustín O’Ryan Soler fue calificado como prófugo de la justicia el 9 de diciembre de 2022. Ese día fue la audiencia online donde el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal (TOP) de Curicó lo sentenció a siete años de cárcel.
Había estado cumpliendo arresto domiciliario total, pues no había sido acogida la solicitud de la Fiscalía de cambiar la medida cautelar a prisión preventiva.
El último día en que Carabineros lo controló en su casa fue el 6 de diciembre de 2022.
Posteriormente, detectives de la Brigada de Delitos Sexuales de la Policía de Investigaciones (PDI) llegaron hasta su vivienda para detenerlo una vez leída la sentencia.
Ya no estaba ahí.
La fiscal a cargo del caso apuntó a una «red de protección» que apoyó su fuga.
