Chadwick si necesita respaldo es que está en problemas Por Víctor Maldonado R.
Parece que se ha puesto de moda apoyar a Andrés Chadwick y, además, en el estilo inimitable de la derecha. Este tipo de apoyos se reservan en este sector para los casos en que se atraviesa por auténticas dificultades.
Estas demostraciones casi están pensadas para que el que no está al tanto de los entretelones terminé más preocupado que antes. Lo peor es que el homenajeado no se puede defender de estas señales equívocas a su favor.
Una muestra la dio el presidente del Senado, José García Ruminot (RN), al referirse a Andrés Chadwick afirmando: “no me parece que sea una persona que esté inmiscuida en asuntos turbios”. Por si alguien no entiende agregó: “siempre lo he visto actuar correctamente”, como si su mirada fuera garantía suficiente.
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Quien no esté acostumbrado a los ritos políticos practicados en este barrio podría pensar que el que habla está, en realidad, resaltando sus propios delicados sentimientos y su incapacidad de pensar mal de nadie. Por estos lados esto no es autorreferencia, es apoyo. Raro eso sí, pero apoyo.
En la derecha se estrega una especie de certificado social de buena conducta. Cuando García Ruminot dice de Chadwick “lo conozco hace 30 años”, le está entregando su absolución. No sirve para nada, pero deja tranquilo a quien lo dice. Por cierto, hay gente que conoce hace 30 años a Hermosilla, pero no hay para qué mencionar cosas de tan mal gusto.
También es de mal gusto las afirmaciones comprometedoras como “pongo mis manos al fuego por Chadwick”. Se estila hablar bien de uno mismo mientras, en la práctica, se va alejando del homenajeado. Parece que se está diciendo algo, pero no se está diciendo nada. No es un arte apto para principiantes.
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Siempre se trata de evitar el análisis de los hechos y de expresar sentimientos, que es lo que permite decir cosas inofensivas. Así se da tiempo para que la justicia haga su trabajo, mientras se emiten todas estas declaraciones de buena crianza. Este tipo de declaraciones se cuentan por docenas en estos días.
Parece que mientras más demostraciones de apoyo se entregan, más temor se tiene por lo que se pueda encontrar. Y como la estrategia de defensa de Hermosilla pasó del silencio a la locuacidad, lo seguro es que pasaremos de la falta de información al exceso de ella. Sabemos que la verdad saldrá a la luz cuando se procese una gran cantidad de datos, lo que terminará por ocurrir.
Importa saber cómo los actores políticos se preparan para cuando se conozca la verdad, más que las demostraciones de nerviosismo con que llenan la espera.
Que conste que lo que interesa no es solo ser nombrado en un chat, sino cómo se relaciona con una falta jurídica o éticamente reprochable. Hermosilla era como el rey Midas, todo lo que tocaba lo convertía en oro. Ahora, todo lo que toca lo convierte en algo mucho más desagradable, pero lo que interesa no son las menciones, sino las conductas que se hacen transparentes.
Solemos ser muy críticos del funcionamiento de nuestras instituciones porque son mucho menos correctas de lo que suponíamos, pero también se pueden defender mucho más de lo que esperábamos. Preparémonos para corregirlas. De momento, si nota que lo defienden como a Chadwick, preocúpese.
