Solo 173 mil 920 partos hubo en Chile el año pasado. Es el número más bajo de nacimientos registrados en la última década y eso redundó en el cierre de las áreas de maternidad de algunos centros hospitalarios.
Y es tendencia. Mientras que en 2014 hubo 251 mil once nacimientos en el país, en los años 2020, 2021 y 2022 -este último mostró un alza, que se atribuye a la pandemia- la media fue de 187 mil 218,6.
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Esto provocó, además, que la tasa de fecundidad -según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE)-, se encuentre en un promedio de 1,3 hijos por mujer, muy por debajo del 2,1 ideal para evitar el envejecimiento excesivo de la población.
Las regiones que más han disminuido en cuanto a nacimientos fueron la Metropolitana (70.605 partos en 2023), Valparaíso (16.597) y Biobío (15.140).
En otros lugares como la Región de Aysén estos no llegaron ni a mil (910).
Así las cosas, se ha producido la clausura o la reducción de las áreas de maternidad en centros como la clínica RedSalud Mayor Temuco, la exclínica Tabancura o el Hospital Militar.
«GRANDES PROBLEMAS»
Enrique Oyarzún, ginecobstetra de la Universidad de Chile, dijo a El Mercurio que «la tendencia claramente es a la disminución, y los políticos y el ministerio de Salud tienen que preguntarse qué van a hacer con eso, porque genera grandes problemas para el futuro».
Por ejemplo, una «disminución de la masa laboral y disminución de la productividad del país. Las poblaciones más viejas se adaptan con más dificultad a los cambios y eso no deja de ser importante para planear las políticas futuras de Chile», agregó el experto.
¿Y LA MIGRACIÓN?
Si bien 2023 registró este bajo número de partos, los expertos coinciden en que la cifra sería mucho menor si el país no estuviera viviendo la gran ola migratoria de los últimos años, planteó el medio.
Manuel Ortiz, director de la carrera de Obstetricia de la Universidad San Sebastián (USS), explicó que «hay una mayor cantidad de partos en migrantes. La proporción es cada vez más alta; la baja está más asociada a mujeres chilenas».
Sin embargo, aunque «el 50 por ciento de las venidas a los hospitales en población migrante está dado por embarazo (…), todavía no es una cifra tan abundante como para que se note un cambio en la curva de natalidad tan brusco», sostuvo Baltica Cabieses Valdés, directora del Centro de Salud Global Intercultural.
Agregó que esta población «no está fija, siempre se está moviendo», y pueden abandonar el país si su situación no es la ideal.
Según los académicos, son las generaciones nacionales más jóvenes las que han influido en el fenómeno, pues en un alto porcentaje han decidido postergar o, incluso, dejar de lado la paternidad para priorizar su carrera académica, su trayectoria laboral o, simplemente, por razones económicas.
