Su ritmo cardiaco estable le permitió a Valentina Vílchez cumplir el particular desafío.
«Quiero recordarles la importancia de distraerse y relajarse y cómo esto afecta positivamente a la salud mental», dijo la compatriota al obtener el reconocimiento del triunfo.
En entrevista directa con Emol, la joven indicó que intentó poner su atención solo en el presente y en su respiración.
Una experiencia distinta
Es nacida en Chile, pero radicada en Corea del Sur hace dos años.
Hace un tiempo quiso ser parte de la competencia internacional llamada Space Out, esta se realizó en Seúl, capital del país asiático.
Las reglas de la competencia no eran complejas, pues para ganar no hay que hacer absolutamente nada durante 90 minutos.
En caso de quedarse dormido pierde inmediatamente su posibilidad de continuar.
Para seleccionar al ganador, los organizadores controlan la frecuencia cardíaca de los participantes.
El competidor que registe el ritmo cardíaco más estable obtiene el primer lugar.
El concurso “Space Out” fue creado por el artista local Woopsyang en 2014.
Una trabajo de arte
Se describe como un «arte visual» que tiene el objetivo de «crear una miniciudad de personas que no hacen nada entre quienes están ocupados en el trabajo.
De esta forma se transmite el mensaje que no hacer nada no es una pérdida de tiempo», explica The Guardian.
En este contexto, Space Out, fue una oportunidad para desconectarse y tomar un descanso del trabajo y los estudios.
Sentados sobre mats de yoga, algunos adoptaron posiciones de meditación y otros se tumbaron de espalda, la idea era ponerse lo más cómodo para lograr relajarse.
La chilena de 30 años es médico general y tras ganar el certamen recibió un trofeo dorado inspirado en «El Pensador».
Volver a competir
Además del reconocimiento recibió invitación para participar en el concurso del próximo año.
Una vez recibido el símbolo del triunfo manifestó.
«Quiero recordarles la importancia de distraerse y relajarse y cómo esto afecta positivamente a la salud mental».
Señaló a Emol que el concurso duraba para todos los participantes el mismo tiempo, pero estos, «podían desistir antes si querían».
Ella no lo abandonó y explicó: «intenté concentrarme en mi respiración, intenté también conectarme con el presente y los sentidos, con lo que había a mi alrededor”.
«La verdad no pensé nada en particular, solo observaba y escuchaba lo que sucedía», agregó y confesó que el tiempo se le «pasó demasiado rápido».
