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Chilena vivió 75 días en la Antártica para estudiar el Icefish

Javiera Sanzana

Danae Paredes llevó a cabo una estadía de más de 70 días en la Base Palmer, situada en la Isla Anvers, en la zona occidental de la Antártica, para estudiar el Icefish.
Este hito en la colaboración científica permitirá obtener nuevos descubrimientos sobre la adaptación de los peces antárticos a entornos extremos.

Danae Paredes llevó a cabo una estadía de más de 70 días en la Base Palmer, situada en la Isla Anvers, en la zona occidental de la Antártica, para estudiar el Icefish.

Esta base, que constituye la única instalación permanente de Estados Unidos en la región, se convirtió en el lugar de residencia temporal para la egresada de Biología Marina de la Universidad Austral de Chile.

Durante su estancia, enfrentó condiciones extremas para investigar tres especies de peces del género Icefish y de la familia Cannichthydae.

PECES

Estos peces, comúnmente conocidos como «Peces hielo», son vertebrados acuáticos reconocidos por su notable resistencia a las bajas temperaturas, incluso adaptando su sangre hasta alcanzar una transparencia singular.

«En el marco de mi trabajo con el profesor Luis Vargas-Chacoff, de la Universidad Austral de Chile UACh, Centro IDEAL e Instituto Milenio BASE, y la profesora Kristin O’Brien de la University of Alaska Fairbanks, trabajé en la base antártica Palmer como la única latinoamericana y chilena de un grupo de más de 50 personas», destaca Danae, quien en aquel entonces era estudiante de pregrado en Biología Marina en la UACh, ubicada en la región de Los Ríos.

TRABAJO EN LA ANTÁRTICA

Con temperaturas descendiendo hasta los -10°C, en una comunidad científica donde el español no era el idioma principal y siendo la única representante de su equipo, Paredes se vio enfrentada no solo a la convivencia en la Base Palmer, sino también a la realización de experimentos científicos, recopilación de datos y navegación en aguas polares a bordo del rompehielos R/V Laurence M. Gould durante un periodo continuo de cinco días, en busca de especímenes del tipo Icefish para llevar a cabo análisis de laboratorio.

«Era muy importante resguardar los peces, y por ello teníamos que hacer turnos cuatro veces al día para cuidarlos en las peceras que instalamos adentro de la base, y medir variables como temperatura, oxígeno, pH, junto con monitorear químicos en el agua como Nitrito, Nitrato y Amonio», comenta la joven investigadora.

ICEFISH

La joven científica explica que entre las características distintivas de los Icefish, específicamente de la especie Chaenocephalus aceratus, se encuentra su sangre transparente, atribuible a la carencia de hemoglobina, el componente principal de los glóbulos rojos.

No obstante, estos peces cuentan con una proteína anticongelante que les confiere la capacidad de sobrevivir en aguas gélidas, lo que reviste gran importancia científica. «Su corazón es pálido, de tonos blanco y gris, y grande», señala la bióloga marina.

El trabajo científico realizado por Danae Paredes fue posible gracias a la colaboración del Doctor en Ciencias, académico de la UACh e investigador de IDEAL e Instituto Milenio BASE, Luis Vargas-Chacoff, con el Programa Antártico de los Estados Unidos de América (USAP), administrado por la Oficina de Programas Polares (OPP) de la Fundación Nacional de Ciencias (NSF).

Este hito en la colaboración científica permitirá obtener nuevos descubrimientos sobre la adaptación de los peces antárticos a entornos extremos.

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