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Como combatir síntomas de la menopausia

Javiera Sanzana

Cuando se pregunta sobre la menopausia, es común escuchar que es el momento en que una mujer deja de menstruar y pierde la capacidad de concebir hijos. Aunque esta definición es válida en cierta medida, tiene sus matices.
Es importante seguir un estilo de vida saludable, practicar técnicas de relajación y consultar con profesionales de la salud para valorar los tratamientos hormonales adecuados.

Cuando se pregunta sobre la menopausia, es común escuchar que es el momento en que una mujer deja de menstruar y pierde la capacidad de concebir hijos. Aunque esta definición es válida en cierta medida, tiene sus matices.

En realidad, las mujeres atraviesan un período de transición antes de llegar al final de su etapa fértil. Esta transición incluye los procesos naturales de perimenopausia y menopausia, que suelen ocurrir entre los 45 y 55 años, aunque la edad puede variar.

Fisiológicamente, la menopausia se caracteriza por una disminución en la producción de hormonas como el estrógeno y la progesterona, lo que puede provocar cambios en la sexualidad, insomnio, alteraciones en la piel, trastornos del estado de ánimo y síntomas vasomotores.

SÍNTOMAS

Enfocándonos en estos últimos, los sofocos (o bochornos), el calor intenso, la sudoración excesiva, las palpitaciones y los sudores nocturnos son comunes. Se estima que entre el 70 % y el 80 % de las mujeres experimentarán algún síntoma vasomotor durante la menopausia, aunque solo alrededor del 20 % lo experimentará de manera significativa en su calidad de vida.

Los sofocos y los sudores nocturnos suelen durar alrededor de cinco años desde el inicio de la menopausia, aunque en algunas mujeres pueden persistir durante más tiempo.

Los mecanismos que desencadenan los sofocos no están completamente claros. Por un lado, están relacionados con los cambios hormonales (disminución de los estrógenos), y por otro lado, con una alteración en la regulación de la temperatura por parte del hipotálamo, una región del cerebro.

AUMENTO DE TEMPERATURA

El cuerpo percibe incorrectamente un ligero aumento de temperatura y responde de manera exagerada para enfriarse, mediante la dilatación de los vasos sanguíneos en la piel (lo que provoca rubor), la sudoración profusa y otras respuestas.

Estos episodios pueden ocurrir en cualquier momento del día, pero son más comunes por la noche y tienden a ser más intensos en verano. Su duración puede variar desde unos pocos segundos hasta varios minutos, y pueden ir acompañados de palpitaciones.

Cada mujer los experimenta de manera diferente.

FACTORES

  • La obesidad, especialmente durante la perimenopausia.
  • La menopausia precoz. La presencia de síndrome premenstrual durante los años fértiles.
  • La menopausia quirúrgica o farmacológica (la extirpación de los ovarios o la inducción de la menopausia mediante medicamentos para tratar el cáncer de mama).
  • La región geográfica y el origen étnico de la mujer. Los sofocos son más comunes en mujeres africanas, seguidas de las europeas, y menos comunes en mujeres japonesas.
  • El consumo de alcohol.
  • El tabaquismo.
  • Algunos estudios han relacionado los síntomas vasomotores frecuentes con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares (como accidentes cerebrovasculares e infartos de miocardio), especialmente en mujeres menores de 60 años.
  • Se considera que los sofocos son persistentes cuando ocurren más de seis veces a la semana.

ESTUDIO

Un estudio publicado en 2021 siguió a un grupo de mujeres de entre 42 y 52 años durante 20 años y encontró que los sofocos y los sudores nocturnos persistentes estaban asociados con un mayor riesgo de problemas cardiovasculares en el futuro.

Dada esta información, es evidente la importancia de controlar los síntomas vasomotores para mejorar la calidad de vida de las mujeres y prevenir enfermedades.

Aquellas que están en la etapa de perimenopausia pueden seguir algunas recomendaciones en su estilo de vida para aliviar estas molestias, aunque aproximadamente el 25 % de ellas requerirá otros tratamientos.

¿COMO EVITAR LOS SÍNTOMAS?

  • Cambios en el estilo de vida: Evitar alimentos picantes y bebidas muy calientes. Limitar o evitar el consumo de alcohol y bebidas estimulantes. Aumentar el consumo de vegetales y alimentos ricos en fitoestrógenos, como la soja y el lino. Reducir la ingesta de grasas poco saludables y azúcares. Practicar actividad física moderada, que incluya ejercicios de fuerza y actividad aeróbica, como caminatas rápidas durante al menos 30 minutos al día. Mantener una temperatura adecuada, especialmente en el dormitorio durante la noche. Mantener un peso saludable.

 

  • Tratamientos: Terapia hormonal. Es el tratamiento más efectivo para aliviar los síntomas, pero debe ser recetado por un médico. Existen diferentes preparados, como la tibolona, la terapia combinada (estrógenos y progesterona) y la no combinada. Puede administrarse por vía oral, transdérmica (a través de parches) o vaginal, y generalmente se recomienda durante unos cinco años, dependiendo de la persistencia de los síntomas. Es importante hacer revisiones médicas periódicas al comenzar la terapia hormonal, y luego anualmente.

 

  • Medicamentos no hormonales. Si la terapia hormonal no es una opción, pueden considerarse los inhibidores de la recaptación de serotonina.

 

  • Terapias naturales. Algunas preparaciones a base de plantas, como la salvia (en dosis de 300-400 mg al día) o el extracto citoplasmático de polen (160 mg al día durante los dos primeros meses, luego 80 mg al día), pueden ayudar a aliviar los sofocos y otros síntomas vasomotores. Aunque algunos estudios no han demostrado claramente la efectividad de los fitoestrógenos (como las isoflavonas de soja y el trébol rojo), no está contraindicado su uso.

 

  • Técnicas de relajación. Dado que el estrés puede aumentar los sofocos, técnicas como la meditación, el mindfulness y la respiración profunda pueden ser beneficiosas.

Es importante seguir un estilo de vida saludable, practicar técnicas de relajación y consultar con profesionales de la salud para valorar los tratamientos hormonales adecuados.

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