Crimen Organizado S.A. Por Marcos Borcoski
Usted que está leyendo esta columna sabe que hasta este momento el crimen organizado nos sobrepasó y estamos perdiendo la batalla en su contra.
Se han hecho anuncios altisonantes; se habla del plan Calle sin Violencia aunque el Delegado Metropolitano, Presidencial reconoció que “está estancado.
Se propone el aumento de la dotación policial y hasta surge la idea de poner a militares en las calles. Son muchas ideas, muchos planteamientos y… muchas reuniones, pero hasta ahora no se ven resultados concretos.
La pregunta latente es, primero ¿cómo reducimos la criminalidad? y segundo, ¿cómo la eliminamos de una vez y por todas?
Hay una teoría que es muy superior en potenciales resultados a las planteadas y que va más allá de montar un círculo policial contra el crimen organizado y/o militarizar nuestras calles.
No va por la fuerza de las armas.
Va por el camino en que el delito estaría flaqueando y esto es restarle el principal motivo que les hace fuertes y hasta ahora, al parecer, casi invencibles y que es atacar por donde más les duele: el dinero.
Si se logra interferir el tráfico de dinero y se corta esa vía es como poner un cuchillo en la garganta del crimen organizado.
Si no pueden recaudar dinero que son miles de millones de dólares en un país que en ese momento hipotético les tiene contra la pared, esas organizaciones criminales se marchan. Muchos pensarán que es una utopía ridícula. Pero no lo es.
En el pasado se aplicaron estrategias que dieron resultado. Lo hicieron con Alphonse Gabriel Capone y su evasión de impuestos que le condenó y envió a prisión. Esto ocurrió el año 1931, pero aun así, aunque ese plan se puso en ejecución hace 93 años, aún tienen total y absoluta vigencia porque el fin fue y es el dinero.
Las formas de actuación de las mafias pueden haber cambiado. Hoy tienen de su parte la tecnología digital que las hace impenetrables y les permite actuar a distancia, pero el fin es el mismo, el dinero; no hay cambios y ese es su Talón de Aquiles.
Esta teoría es sorprendentemente simple. Cortar el oxígeno mediante el cual viven, se multiplican y atacan las mafias es mucho más eficaz que las armas.
No digo que con su aplicación ya no sea necesaria la acción de la policía. Aumentar las dotaciones de Carabineros y de la PDI siempre es positivo, y sus efectivos a menudo ponen en riesgo sus vidas porque los delincuentes que pertenecen a estas organizaciones no se detienen al momento de disparar a matar contra un policía o a un ciudadano civil.
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Lo que planteo es que cortar el flujo de dinero del crimen organizado puede tener un efecto quizás más lento pero puede tener un efecto final y, quizás, definitivo, porque como ya dije antes, estas mafias funcionan como una empresa y si estos “directorios” para el crimen ven que sus “activos” están disminuyendo, que la justicia sabe de dónde provienen y hacia dónde van las ganancias, buscarán otro sitio donde “no les pongan tantos problemas”.
Pero debo ser justo.
La idea de seguir el dinero del crimen organizado no me pertenece. Me lo dijo cara a cara durante una entrevista el Presidente del PDC, Alberto Undurraga. Me dijo: “…y los refuerzos están en dos vías: una de ellas es la legislativa, no solo para perseguir la delincuencia, sino que también perseguir el dinero. No solo perseguir el crimen organizado sino que perseguir el dinero, no solo perseguir la droga sino que también perseguir el dinero. Para ello requiere levantar el secreto bancario para hacer ese trabajo investigativo policial.”
En el crimen organizado están verdaderas corporaciones criminales que actúan a nivel internacional.
Si levantan el secreto bancario se verán expuestos y tanto la policía como la administración de justicia sabrá cómo actuar, dónde actuar y la forma de actuar y, por sobre todo verán que delinquir en Chile ya no es “negocio” para ellos.
Así de simple.
Es la forma adecuada para terminar con ellos y volver al Chile de hace ya algunos años.
Los motivos para terminar con esta lacra son noticia. Ya no se narra el asesinato, sino que se da cuenta de cuántos homicidios hubo durante la semana. Esta ola de muertes violentas es como un terremoto y la semana que recién ha pasado tuvo un epicentro: La Pintana.
Las autoridades tratan por todos los medios posibles de demostrar que el plan Calle Segura ha resultado y dicen que se sigue trabajando en el asunto. Pero el día a día dice otra cosa.
Entonces ¿por qué no probar o aprobar el tema acerca del secreto bancario y atacar “siguiendo el dinero?”. Legislar y aprobar una normativa al respecto será un paso efectivo, real, concreto, pasta enfrentar el crimen organizado y salvar muchas vidas.
Quizás al final muchos vecinos van a poder salir a la calle después de las 6 de la tarde, dejarán que sus hijos vayan a una cancha a practicar el fútbol y los almacenes de barrio sacarán las rejas de sus puertas, podremos caminar con confianza por las calles y las parvularias de un jardín infantil no tendrán que cantar a los pequeñitos para que no escuchen las balaceras que se producen afuera.
No es mucho pedir ¿no? … ¿O sí?
