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Cuando el cuento del Lobby se comió a la política

Andrea Bostelmann

Maisa Rojas y Nicolás Grau

Es posible aventurar que cuando algo no se ve bien, no huele bien y no suena bien es porque, en realidad, no está bien. Pasa con el lobby.

Si, además, las explicaciones al hecho o circunstancia son improvisadas, atolondradas, contradictorias y solo contribuyen a la confusión, la duda y el resquemor, el daño puede ser mortal.

Y algo de eso estamos viendo por esto días.

Porque, ¿por qué no registrar en la plataforma de lobby una reunión en casa de un lobbista, con empresarios clientes del lobbista, para hablar temas que por definición están más cerca que lejos del lobby?

¿Y más si los encuentros son habituales?

¿Falta de experiencia? ¿Amateurismo? ¿Ingenuidad? ¿Mal timing?

HISTORIAS DE LOBBY

Todo partió con Ciper Chile. El 29 de diciembre el medio digital abrió la caja de donde empezaron a salir todos los demonios y las truculencias.

El ministro de Economía, Nicolás Grau, y la ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas, se habían reunido a fines de noviembre en la casa del exalcalde de Santiago y reconocido lobbista Pablo Zalaquett con un número indeterminado de (¿8? ¿10?) dirigentes de empresas salmoneras.

La cita no quedó registrada en Infolobby.

Dato de la causa, entre los asistentes estaba Rodrigo Sarquis Said, primo de Zalaquett y director de Bulmar, una empresa pesquera que fue investigada por financiar de manera ilegal campañas políticas.

Coincidencias más, coincidencias menos, porque el ministro Grau aseguró que en la cena no se habló de la nueva Ley de Pesca, ese texto legal que fue presentado el pasado 21 de diciembre, menos de un mes después de la reunión.

Dos días antes, el 19 de diciembre, se firmó un acuerdo público privado para avanzar en la salida de concesiones acuícolas de los parques nacionales y zonas adyacentes. Representantes de Cooke Aquaculture y autoridades de Gobierno como Rojas y Grau, formaron parte del acuerdo.

Puras coincidencias.

¿O no?

LA RECORDADA «COCINA»

Ni dos semanas alcalzó el Gobierno a capitalizar la brutal derrota que fue para la derecha el resultado del plebiscito constitucional del 17 de diciembre y el fracaso de la acusación constitucional en contra del ministro de Vivienda y Urbanismo, Carlos Montes.

El resurgimiento del desprestigiado concepto de «cocina» comenzó a sonar fuerte apenas unos días después.

Hablamos de una idea de plena época de la Concertación, que se transformó en sinónimo de malas prácticas y «arreglines».

En diciembre de 2022 su autor, el exsenador Andrés Zaldívar, reivindicó su frase de 2014.

Andrés Zaldívar.
Andrés Zaldívar.

«En estas cosas no todo el mundo puede estar en la cocina, ahí muchas veces está el cocinero con algunos ayudantes, pero no pueden estar todos», fue la polémica declaración.

«¿Qué significa el término ‘cocina’? Que hay que hablar las cosas y poder llegar a acuerdo. No es que se hagan en secreto (…) sino que se abre un espacio de conversación privado; las negociaciones no se hacen en la plaza pública, sino que requieren cierta privacidad para buscar la base de los acuerdos», explicó después, cuando presentó su libro de memorias.

Enfatizó que, en el sentido político, «la cocina no son arreglines, son conversaciones para preparar el camino», algo que «está faltando hacer bien en Chile, lo vimos recientemente en el (fallido) nombramiento del fiscal nacional».

El asunto es que, hayan sido buenas o malas las intenciones, se transformó en el ejemplo de las malas prácticas, el secretismo y el arreglín.

Arreglín que fue duramente criticado por la oposición -obvio- y también -en ese momento y después- por la naciente nueva generación política, esa autoconcebida como de un estándar moral superior, que es la que ahora gobierna y que aparece de manera impresentable metida en una cocina 2.0.

¿Un disparo en el pie?

UN POCO DE EDUCACIÓN CÍVICA

La Ley de Lobby obliga a ministros y parlamentarios a declarar reuniones en que se hayan ejercido gestiones de interés particular.

La normativa establece en los casos de autoridades de gobierno es la Contraloría la que tiene potestad de verificar el cumplimiento de la legislación.

“En caso que el sujeto pasivo de aquellos señalados en el artículo 3º (ministros)…, no informare o registrare lo señalado en el artículo 8º dentro del plazo dispuesto para ello (audiencias con lobistas), la Contraloría General de la República le comunicará dicha circunstancia, y el obligado tendrá el plazo de veinte días para informar al respecto”, dice la ley.

LOBBY O NO LOBBY

De vuelta en la actualidad, luego de que se conociera que que los ministros Nicolás Grau y Maisa Rojas asistieron a una reunión en la residencia del ex alcalde y reconicidamente lobbista Pablo Zalaquett, se supo que Carolina Tohá (Interior), Esteban Valenzuela (Agricultura), Alberto van Klaveren (Cancillería) y Jeannette Jara (Trabajo) también fueron parte de encuentros similares.

El Ejecutivo, cómo no, salió a defender a sus ministros.

«No todo diálogo es lobby. No toda conversación es lobby», aseguró la ministra vocera de Gobierno, Camila Vallejo.

Gabriel Boric
Gabriel Boric, Presidente de la República.

El presidente Gabriel Boric reforzó la idea diciendo que «no ha habido ningún incumplimiento de la ley» y que su mandato a sus colaboradores «es que se reúnan con todas las actorías para poder sacar adelante acuerdos que vayan en beneficio del pueblo de Chile».

«Dialogar hasta que duela para poder sacar adelante todos los acuerdos que vayan en beneficio del pueblo de Chile en el cumplimiento del marco legal vigente”, fue la consigna planteada por el Mandatario.

QUIEN SE EXPLICA…

Nada de eso logró morigerar las críticas. Más bien se acentuaron. Y creció la presión. Y las explicaciones, como describe el dicho de que quien se explica se complica… se complicaron.

«Dado el tema que se tocó en la reunión y la forma en la que se tocó ese tema, no era necesario registrarla por plataforma», dijo Grau el 4 de enero en 24 Horas, quien luego agregó que el encuentro fue fuera de su oficina y del horario laboral, como si eso hiciera alguna diferencia.

Respecto del lobby, manifestó que lo que lo define «es el sentido de la reunión. Si el sentido de la reunión es que un privado o quien quiera promover un interés específico en su beneficio (…) tú tienes que registrar eso como lobby».

A Ciper Chile le dijo que «en general no registro todas mis comidas, salvo que allí se trate un tema de interés de un particular. Pero eso, en general, lo trato en reuniones en horario laboral».

Sin embargo, cuando fue citado a la comisión de Medio Ambiente reconoció que en el encuentro «la industria hizo sus comentarios y también planteó su visión de largo plazo. De eso se trató la conversación».

Antecedente nuevo que suena bastante a lobby.

YO, NI IDEA

La ministra Rojas, en tanto, manifestó en T13 Radio que no sabía que Zalaquett era un gestor de intereses.

«Yo recibí una invitación en un contexto para tender puentes, para conversar, para que uno se conociera con gente con la cual yo tengo poca relación en el mundo privado», justificó.

Aseguró también que actuó «de buena fe, con un objetivo que es y sigue siendo importante para el trabajo que hacemos como ministros de un Gobierno, pero prefiero pensar en la parte de la buena fe, de cómo yo hago mi trabajo y lo hago bien».

Los secretarios de Estado siguen descartando hasta hoy que sus encuentros hayan sido de lobby, pero luego dijeron que, en adelante, toda reunión, sin importar la naturaleza, sería registrada.

UN DOLOR DE CABEZA

El Presidente Boric solicitó informes técnicos respecto de si los encuentros de sus ministros en casa de Zalaquett eran o no lobby, un tema que se daba por hecho en líderes de opinión pública y parlamentarios de izquierda y derecha.

Porque aparte de la presencia de los ministros en las reuniones y la forma como la explicaron, también hubo inquietud porque el control de daños brilló por su ausencia.

Entonces, tuvo que intervenir para tratar de apagar el incendio y el apoyo ya no fue tan cerrado.

De los informes solicitados se diferenciaron dos formatos de reuniones. La primera, que se trataba de una exposición a un grupo de privados. La otra, que se trataba de una conversación.

Carolina Tohá
Carolina Tohá, ministra del Interior.

Como el segundo caso podía estar en el límite de si era lobby o no, el Mandatario decidió que se registraran los encuentros en Infolobby.

Así las cosas, justo antes del cónclave oficialista de este viernes en Cerro Castillo, Boric llamó por teléfono a los seis ministros y les dio dos mandatos.

El primero, evaluar el registro de las citas en la plataforma electrónica sobre lobby, y el segundo, responder en el menor plazo posible los oficios enviados por Contraloría General de la República al respecto.

Este les había dado un plazo de diez días hábiles para la contestación.

Nicolás Grau, Maisa Rojas, Esteban Valenzuela, Alberto van Klaveren y Jeannette Jara recogieron el guante.

Solo Carolina Tohá se mantuvo en la posición de que no había nada que informar. Ha sostenido desde el día uno que las reuniones no eran secretas y que “cuando uno va a una reunión con 20 personas, en ningún momento uno asume que no se va a conocer».

CONVOCATORIA AMPLIA

Según publicó La Tercera, a los encuentros en casa de Zalaquett, aparte de los seis ministros de este gobiero han asistido también al menos once senadores (Juan Antonio Coloma, Ximena Rincón, Matías Walker, Paulina Vodanovic, Álvaro Elizalde, Rodrigo Galilea, José Miguel Insulza, Sergio Gahona, Ximena Órdenes, Ricardo Lagos Weber y Jaime Quintana).

Guillermo Ramírez
Guillermo Ramírez, diputado UDI.

También hay a lo menos cinco diputados: Juan Santana (Partido Socialista), Alberto Undurraga (Democracia Cristiana), Eric Aedo (Democracia Cristiana) y Guillermo Ramírez (UDI), quienes dijeron haber sido expositores en instancias donde se habló sobre la reforma de pensiones y había representantes de las AFP. El quinto diputado que estuvo en la casa de Zalaquett fue Francisco Undurraga (Evópoli), quien dijo haber discutido sobre el proceso constituyente en 2023.

Todos ellos serán citados a la Comisión de Ética de la Cámara de Diputadas y Diputados, según anunció su presidente, Nelson Venegas.

También hay un alcalde (Rodolfo Carter).

De la plataforma de lobby, nada.

MÁS MINISTROS Y EMPRESARIOS

También estuvieron en ese lugar al menos tres exministros de Sebastián Piñera (Joaquín Lavín, Jaime Bellolio y Gerardo Varela); el expresidente de la DC, Fuad Chahín, y ocho analistas políticos (Alberto Mayol, Lucía Dammert, Carlos Correa Bau, Claudio Alvarado, Daniel Mansuy, Sylvia Eyzaguirre, Eugenio Tironi y Roberto Izikson).

Esto, además de una quincena de empresarios, dirigentes gremiales y ejecutivos cuyos nombres han sido dados a conocer, entre los que se cuentan Sady Delgado y José Guzmán Vial (Aqua Chile), Cristián Sweet y José Ramón Gutiérrez (Multiexport), Andrés Santa Cruz y Rodrigo Sarquis (Blumar), Óscar Hasbún (Sofofa), Susana Jiménez (CPC), los representantes de las AFP y Larraín Vial que se reunieron con la ministra Jara, y Juan Sutil (ex CPC).

«LO VOLVERÍA A HACER»

¿Y Zalaquett, a propósito?

Pablo Zalaquett
Pablo Zalaquett, ex alcalde.

«Yo me siento orgulloso de lo que he hecho. Y lo volvería a hacer. Y voy a seguir haciéndolo, pero tomando las precauciones”, dijo el lobbista y exalcalde de Santiago en entrevista con ExAnte.

“Tengo una tranquilidad al 100%», aseveró.

Luego lamentó amargamente que “no se puede dialogar hoy día en Chile. Lo único que yo he buscado es el diálogo”.

Incluso llegó a decir que “he tratado de ayudar a este gobierno. Porque hay dos mundos que se enfrentan. Y así estamos estancados”.

Esa sería la única finalidad, a su juicio, de estas reuniones.

Puntualizó que «si yo me he tenido que vincular con alguna autoridad de Gobierno para un cliente mío, siempre ha sido por Ley de Lobby. Pero esto no tiene nada que ver».

¿No?

Algo no termina de cuadrar…

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