La reciente crisis ambiental provocada por el vertido de pellets en las costas de Portugal y Galicia ha reavivado el debate sobre el impacto de los plásticos en los océanos y su cadena trófica (alimentaria).
Investigaciones del Instituto de Investigación en Acuicultura Sostenible y Ecosistemas Marinos (Ecoaqua) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) arrojan luz sobre un problema que va más allá de la contaminación ambiental.
Medioambiente contaminado, peces contaminados
El problema ya llegó desde el océano hasta nuestras mesas, por la ingestión de microplásticos y sus contaminantes a través del consumo de peces.
Ecoaqua demostró que los peces de consumo habitual, como las caballas y las lubinas, ingieren plásticos en altas proporciones, encontrándose plástico en el 80% de las caballas salvajes y en el 65% de las lubinas de acuicultura.
Más allá de la presencia física de estos plásticos, lo preocupante es la acumulación de contaminantes peligrosos especialmente en el hígados de los peces.
En las costas de Canarias, Ecoaqua ha identificado hasta 80 diferentes contaminantes en estas partículas, incluyendo residuos de pesticidas prohibidos como el DDT.
Un estudio revelador de Ecoaqua, publicado en Science of The Total Environment, muestra que estos contaminantes no sólo se adhieren a los plásticos, sino que también entran en el metabolismo de los peces.
La preocupación radica en que estos contaminantes, una vez ingresados en la cadena alimentaria, pueden llegar al consumidor humano.
Este estudio pone de manifiesto la necesidad urgente de seguir investigando los efectos a largo plazo de la exposición crónica a los microplásticos en el medio ambiente y su impacto en la salud humana.
La crisis de los pellets en las costas de Galicia y Portugal es un problema ambiental, y además pone una alerta sobre los riesgos para la salud pública.
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