Deportes

De promesas de Instagram a la realidad de la cancha

Camila Sanhueza

Periodista

A veces debemos mirar la experiencia y entender por qué el proceso de Sulantay fue exitoso: jóvenes que no tenían nada y querían ganarlo todo.

De promesas de Instagram a la realidad de la cancha, el duro transitar de jugadores a deportistas.

Hace un mes la FIFA determinó que se realizará el Mundial sub 17 todos los años con sede fija.

¿Y cómo estamos para eso?

En Chile, tanto en femenino como en masculino, los fracasos del fútbol formativo son un antecedente más de todo lo que no se ha regularizado ni preocupado a quienes deberían. Justificar que el formativo estuvo parado dos años no es la respuesta para los resultados que se necesitan.

¿Son estos fracasos el reflejo de un fútbol poco comprometido y competente?

Sí. La crisis cada año aumenta.

Podemos analizar los múltiples factores, pero siempre llegamos al mismo punto: recursos económicos mal distribuidos, clubes que no invierten, padres que se ven viviendo en Italia antes de que los jugadores debuten y representantes comprando autos antes de que tengan licencia de conducir.

Lo grave de todo esto es el bajo nivel de competencia y que, al momento de llegar a una categoría adulta, seguimos infantilizando a los y las jugadoras como si fuesen “niños” y esperando que exploten. El caso de Damián Pizarro es el más reciente que confirma todas estas premisas.

Objetivamente la competencia se basa en cuatro o cinco equipos.  Ni hablar de los equipamientos e irregularidades monetarias que son pan de cada día.

Pero, ¿Qué es lo que se debe mejorar?

Mundialmente tenemos ejemplos como La Masia en España o el formato Cityzens en Inglaterra, expandidos al mundo, pero que lamentablemente acá no se han replicado de buena forma.

La búsqueda de jugadores integrales que en primera instancia “aprendan” a seguir normas de comportamiento básico para ser DEPORTISTAS del alto rendimiento es lo primero. Ahí está la gran diferencia: en Chile nos dedicamos a sacar jugadores para 90 minutos de partido, no deportistas.

Los nostálgicos aun siguen avalando las conductas extrafutbolísticas, porque los jugadores no son ejemplo de nada. Pero si es así, ¿quiénes serían entonces los ejemplos a seguir dentro del rubro?

De promesas de Instagram a la realidad de la cancha

Acá romantizamos que un “niño le gane a la vida” por venir de condiciones vulnerables y que por medio del deporte tenga acceso a bienes materiales, a poder adquisitivo, pero dentro de esas variantes siempre falta la de la escala valórica y la educativa.

¿Qué se le dice a un futbolista en formación cuando pide permiso para una “pichanga” del barrio y ve que sus referentes se pelean previo a un encuentro crucial?

¿Por qué un cadete argentino tiene más posibilidades que un chileno? ¿Sólo va en la presentación de un sudamericano?

Una «montaña» de distancia

Pablo Solari fue enfático al retornar a River Plate: “los entrenamientos están muy distantes desde la cordillera hacia acá”.

No tuvo buena recepción la crítica del extremo argentino que ha sido el salvavidas de Demichelis, un equipo donde la presión está altamente latente. A sus 21 años pareciera que esa presión es parte de su día a día y los medios trasandinos no lo victimizan por ser “joven aún”.

Reclamamos que no tenemos recambio ni materia prima para una nueva ‘generación dorada’, pero no se vislumbra un futuro prometedor si no existe una exigencia tanto física, como psicológica y deportiva.

Es una paradoja afirmar que incluso los contratos de cadetes incluyan algo tan básico como el manejo comunicacional con la prensa, la preocupación de cómo se expresan y la forma de comportarse fuera de su lugar de trabajo.

Lo que está haciendo Chile respecto de estas aristas deja mucho que desear.

Nicolás Córdova fue altamente criticado por decir que “no se le dijese niños a la categoría sub 20”, entendiendo que a esa edad el proceso de formación ya ha madurado y que deberían responder como tales.

La regla de poner sub 21 en cancha resta el mérito propio para obtener la titularidad por esfuerzo y no por incumplimiento. ¿Esa regla nos dará otra copa internacional?

Tuvimos una buena generación de deportistas, porque no tuvieron tantas facilidades, las ventas eran más lentas y debían ser titulares en sus equipos.

Insisto, es increíble que un delantero que no hace goles sea vendido a Italia como la gran novedad.

A veces debemos mirar la experiencia y entender por qué el proceso de Sulantay fue exitoso: jóvenes que no tenían nada y querían ganarlo todo.

Revisa también el análisis de Gareca: «es fundamental que los jóvenes salgan al exterior, que los jugadores se mentalicen y Chile lo necesita».

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