El agónico empate del Sevilla ante Valencia volvió a encender las dudas sobre el presente del equipo de Matías Almeyda y el rol de Alexis Sánchez en la temporada. El delantero sumó apenas cinco minutos y fue testigo del gol que arruinó una victoria clave.
El Sevilla llegó a Mestalla con bajas relevantes. Gabriel Suazo no estuvo por lesión y Alexis Sánchez inició en la banca. Aun así, el equipo andaluz encontró una ventaja inesperada. A los 58 minutos, un autogol de César Tárrega abrió el marcador y permitió que los dirigidos por Almeyda soñaran con un triunfo necesario para tomar aire en La Liga.
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El plan del Sevilla parecía claro: resistir la presión del Valencia y cerrar el partido con jugadores de experiencia. Por eso, a los 86 minutos, Alexis ingresó al campo. Su aparición fue breve y estuvo marcada por la tensión del final. El chileno intentó colaborar en la salida, pero no tuvo oportunidades reales para influir en el juego ofensivo.
El golpe llegó en el tercer minuto añadido. Hugo Duro aprovechó un balón suelto y venció al portero del Sevilla, firmando el agónico empate que dejó mudo al equipo visitante. El resultado dolió. El cuadro de Almeyda sumó su tercer partido sin victorias y volvió a mostrar dificultades para cerrar encuentros que parecían controlados.
Este nuevo tropiezo deja al Sevilla en el puesto 12 con 17 puntos. La irregularidad preocupa, sobre todo porque el equipo se acerca peligrosamente a la zona donde comienzan los problemas. Para Alexis Sánchez, la situación también es compleja. Su rol ha sido secundario y sus minutos disminuyen en un contexto donde el equipo necesita respuestas urgentes.
El agónico empate refleja el momento del Sevilla: un plantel que intenta competir, pero que no logra sostener ventajas. Como ocurrió en Mestalla, el equipo parece siempre a un error de perder puntos valiosos. Y esa inestabilidad conecta directamente con el lead: el chileno solo alcanza a entrar cuando todo arde y su aporte queda condicionado por la urgencia del final.
