Chile se quedó sin respuestas antes de tiempo y cayó 1-0 ante Argentina en el Estadio Nacional. Con la derrota, el equipo de Ricardo Gareca acaricia una tercera ausencia mundialista consecutiva, a un mes de que se cumplan diez años de la histórica Copa América 2015 ganada en este mismo escenario.
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PRIMER TIEMPO: LA ROJA DORMIDA
Desde el pitazo inicial, Argentina se adueñó del balón y jugó con paciencia. Chile apostó por un 4-5-1 extremadamente conservador que le cedió la iniciativa al rival. Los volantes chilenos jamás incomodaron a Thiago Almada y Rodrigo De Paul, quienes circularon el balón sin presión.
A los 16 minutos, Almada filtró un pase preciso para Julián Álvarez. El delantero controló en el área y definió con frialdad ante Brayan Cortés. Ese gol desató la confusión en la Roja: sin orden ni intensidad, los interiores chilenos quedaron lejos de sus adversarios. Arturo Vidal, amonestado tras una entrada a De Paul, no pudo imponer su habitual garra. Lucas Cepeda y Darío Osorio, ubicados en las bandas, intentaron sin éxito desequilibrar. En apenas 45 minutos, Chile regaló el arco y perdió la brújula.
SEGUNDO TIEMPO: REACCIÓN TARDÍA
En el descanso, Gareca movió fichas. Salieron Vidal y Vicente Pizarro; entraron Javier Altamirano y Fabián Hormazábal. La intención era recuperar el mediocampo y presionar más arriba, pero el cambio llegó demasiado tarde. Chile mostró más entrega: Lucas Cepeda estrelló un disparo en el travesaño y luego forzó una gran atajada de Emiliano Martínez.
Pese a los intentos, La Roja no encontró socios para Alexis Sánchez, quien jugó sin referencias en el área. Cada avance dejaba un hueco en la zaga, y Argentina supo controlar los contragolpes gracias a la solvencia de Nicolás Otamendi y Cristian Romero. Con Lionel Messi en cancha, la Albiceleste se cerró con un bloque sólido y nunca permitió que el marcador se moviera.
EL FANTASMA DE LA TERCERA AUSENCIA MUNDIALISTA
Con 10 puntos en 15 fechas, Chile desciende al último lugar de la tabla. La zona de repechaje está a cinco unidades y solo quedan tres partidos por disputarse. La posibilidad de una tercera ausencia mundialista deja en evidencia una crisis futbolística y táctica.
A menos de un mes de que se cumpla el décimo aniversario de la Copa América 2015—la noche mágica en que Chile venció a Argentina en este mismo estadio—el contraste es doloroso. Hoy, la Roja juega al borde de un precipicio que amenaza con consumir su moral. Si no gana en La Paz, la eliminación será casi un hecho.
La derrota ante Argentina no solo refleja un mal día en la cancha, sino un camino tortuoso que amenaza con consagrar la tercera ausencia mundialista. La Roja necesita cambios urgentes, líderes claros y una idea futbolística que nazca desde el primer minuto. La fe y el recuerdo de 2015 ya no bastan; ahora, el futuro de Chile en el Mundial pende de un hilo.