La Bombonera fue una fiesta. Boca Juniors derrotó 2-0 a River Plate en una nueva edición del Superclásico argentino, correspondiente a la fecha 15 del Torneo Clausura 2025, y desató un carnaval azul y oro.
Con un gol y una asistencia de Exequiel “Changuito” Zeballos, el conjunto de Claudio Úbeda se quedó con tres puntos que valen doble: le ganó al eterno rival y selló su clasificación a la Copa Libertadores 2026, algo que el pueblo boquense esperaba con ansias después de dos años de ausencia.
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En un primer tiempo cerrado, trabado y sin demasiadas emociones, todo parecía encaminado al cero. Sin embargo, en tiempo de descuento, Zeballos rompió el molde: aprovechó un rebote tras un remate que le había tapado Armani y puso el 1-0 para desatar el delirio en las tribunas. River protestó por una presunta falta de Giménez en la jugada previa, pero ni el árbitro Nicolás Ramírez ni el VAR encontraron infracción.
El golpe final llegó apenas arrancó el complemento. El Changuito volvió a ser protagonista: encaró por derecha, superó a dos defensores y asistió a Miguel Merentiel, que empujó la pelota al gol y selló el 2-0. Golpe de nocaut para el equipo de Marcelo Gallardo, que atraviesa un presente oscuro con ocho derrotas en los últimos once partidos y dos eliminaciones coperas.
A partir de allí, Boca dominó con autoridad, apoyado por una Bombonera encendida. Pudo golear —Milton Giménez tuvo hasta cinco chances claras—, pero el resultado final reflejó igualmente la superioridad del local. River, desconectado y sin respuestas, apenas pudo inquietar a Marchesín en el cierre.
El pitazo final fue el inicio de la fiesta: cánticos, banderas y una sensación de revancha deportiva. Boca volvió a ganar un Superclásico y recuperó su lugar en la Libertadores. River, en cambio, quedó al borde de quedarse sin el torneo continental, dependiendo de lo que hagan Riestra y Argentinos Juniors.
La Bombonera fue testigo de una tarde que quedará en la memoria. Boca celebró, River se hundió y el Superclásico volvió a teñirse de azul y oro.







