Universidad de Chile atraviesa un momento deportivo prometedor dentro de la Copa Sudamericana, pero fuera de la cancha enfrenta un panorama complejo. La Conmebol informó la apertura de un expediente disciplinario en contra del equipo universitario por incumplimientos registrados durante la victoria sobre Independiente en los octavos de final.
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El informe detalla problemas en distintas áreas, desde deficiencias técnicas en los valores lumínicos que afectan la transmisión televisiva hasta falencias en la hospitalidad para patrocinadores y en la implementación de camarines. Además, el ente disciplinario reprochó entrevistas realizadas en la cancha inmediatamente después del partido, contraviniendo lo estipulado en el Manual de Clubes.
Más allá de estos puntos operativos, la preocupación principal de la Conmebol radica en la reincidencia del club en conductas ligadas a su hinchada. Según el artículo 12.2 del Código Disciplinario, se sanciona el uso de cánticos, gestos o mensajes de carácter político, ofensivo o provocador. Para la entidad, este patrón repetido de infracciones sitúa a Universidad de Chile en un escenario de riesgo mayor.
El reglamento también hace mención a incidentes relacionados con la seguridad, como el hecho de que los hinchas escalen estructuras del estadio no destinadas para ello, un comportamiento que el organismo sudamericano cataloga como grave.
Ahora, el club deberá esperar la resolución de la Unidad Disciplinaria. El abanico de sanciones es amplio: desde multas económicas hasta la pérdida de localía, lo que podría condicionar su recorrido en la Copa Sudamericana.
El expediente abierto no solo refleja las faltas del último partido, sino también la atención especial con la que Conmebol observa a la U por su historial. En un momento clave de la temporada, el desafío azul no solo pasa por ganar en la cancha, sino también por demostrar madurez institucional y evitar reincidencias que empañen sus logros deportivos.
