Las autoridades de Emiratos Árabes Unidos (EAU) han informado sobre la detención de un turista que acosó a la tenista británica Emma Raducanu durante el Dubai Duty Free Tennis Championships.
El incidente tuvo lugar el lunes 17 de febrero cuando un hombre se acercó a Raducanu, le dejó una nota, la fotografió y exhibió un comportamiento inquietante que causó angustia a la jugadora.
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DETALLES DEL SUCESO Y LA REACCIÓN
Tras el incidente, Raducanu presentó una denuncia ante las autoridades de Dubái. La policía local, actuando con rapidez, detuvo al turista y tomó medidas legales conforme a los protocolos locales.
No obstante, la jugadora optó por retirar los cargos en un gesto de comprensión, pero el individuo firmó un compromiso formal de mantenerse alejado de ella.
Además, se le prohibió participar en futuros torneos de tenis, lo que fue ratificado por la WTA (Asociación de Tenis Femenino), que también le impuso una sanción que lo inhabilita para asistir a sus competiciones.
EL IMPACTO EN RADUCANU
Durante el partido de Emma Raducanu contra la checa Karolina Muchova el martes, se notó que la jugadora estaba muy afectada por lo sucedido.
En medio de la tensión del encuentro, Raducanu se acercó a la juez de silla y comenzó a llorar al explicar lo que estaba viviendo. Después fue trasladada detrás de la silla y se esperó hasta que el acosador saliera de la cancha para continuar el juego.
A pesar de los esfuerzos, Raducanu terminó perdiendo el partido con un marcador de 7-6 (8) y 6-4.
ACCIONES DE LA WTA
El comportamiento del turista no pasó desapercibido por la WTA. La entidad condenó su actitud y actuó rápidamente, anunciando la prohibición de este hombre para asistir a cualquier torneo organizado por la asociación.
La seguridad de las jugadoras y el respeto a su bienestar es una prioridad. Por lo que la organización dejó claro que este tipo de incidentes no será tolerado.
Este suceso resalta la importancia de un ambiente seguro y respetuoso para las deportistas, especialmente en un escenario tan visible como el tenis profesional. Aunque Raducanu decidió no seguir adelante con la denuncia, el mensaje de la WTA es claro: el respeto hacia los jugadores es inquebrantable.
